—Dejaste la luz de afuera prendida.
—Ahora la apago…
—No, ahora la apago yo, pero te dije —le reprocha satisfecho.
—¿Y si la vas a apagar vos para qué me hinchás?
—Porque te había pedido que la apagaras vos.
—Bueno ahora voy.
—No dejá, si igual iba a sacar la basura.
—¿Y entonces? —pregunta ella molesta.
—Que habías dicho que ibas a hacer algo, y no lo hiciste.
—¿Tanto quilombo por una luz de mierda?
—Claro… para vos todo es así: que lo haga otro, total.
—Dejá que la apago yo y saco la basura así la cortás.
—Sabés que no me gusta que vayas hasta la calle de noche, y menos ahora.
—¿Qué tiene ahora?
—Que no hay nadie afuera.
—Y bueno… mejor, ¿qué me va a pasar?
—No sé, vos sabrás…
—¿Me estás cargando?
—No, ¿y vos?
—Dame la bolsa Manuel, me tenés las bolas llenas ya.
—No, yo la saco, así no te doy excusas.
—¿Excusas para qué?
—¿De verdad querés que te diga?
—¡Uy no…! ¿vas a empezar con eso otra vez?
—Yo no lo empecé Natalia, lo empezaste vos…
—¡Si vos me dijiste de la luz!
—No estoy hablando de la luz y lo sabés.
—¡¿Y de qué mierda estás hablando Manuel?!
—De tus amoríos…
—¿Y eso qué tiene que ver con la luz? Además fue una vez, y hace un montón.
—Claro… como fue hace mucho ya no importa ¿no?
—No dije eso…
—¿Si yo te dijera que me cogí a tu vieja importaría el tiempo que pasó?
—Mi vieja está muerta Manuel…
—Bueno, a tu hermana ponele.
—Te cogiste a mi hermana…
—¡Pero eso fue antes de conocerte a vos!
—¿Y entonces no importa? —pregunta ella satisfecha.
—No es lo mismo…
—¡Porque te conviene!
—¡No…! yo no te reprocho que te hayas cogido a mi hermano —suelta él con superioridad.
—Porque está muerto… ¡mirá qué vivo!
—Y tu vieja también…
—¿Te cogiste a mi vieja Manuel?
Se queda en silencio unos segundos, ambos se miran.
—¡Bueno sí!… pero fue hace mucho, cuando vivía.
—¿Me estás cargando?
—Mejor dejemos la luz prendida, Natalia.
OPINIONES Y COMENTARIOS