Saldrá el arcoíris tras de la tormenta

Hoy quiero vestirme con alas de mariposa.

Hoy quiero ser el rocío del alba.

Hoy quiero vestirme de luz radiante.

Quiero ser la voz de un jilguero.

Hoy quiero vestirme de verde esperanza.

Quiero ser de los hospitales la fuerza.

Hoy quiero vestirme de cazador de miedos

atrapando el pánico de algunos abuelos.

Hoy quiero vestirme de uniformes valientes.

Quiero llenar de risas las casas,

ser cosquillas que a los niños les llenen de guasa.

Hoy quiero vestirme de arcoíris en medio de la lluvia.

Quiero ser la red que detenga tu caída

cuando tú vida la des por perdida.

Y cuando todo empiece a nublarse

transformando en grises los colores más cálidos,

cuando aparezca la noche en el peor de tus sueños,

no vale rendirse ni evocar el miedo,

apóyate en la esperanza y busca recuerdos bellos.

No dejes que te venza el desánimo.

Piensa que siempre que termina una tormenta

aparece un sol brillante en el azul del cielo.

Cuando se pasen los días de encierro y de sufrimiento,

encontraremos una mayor hermosura en lo que hoy no vemos.

Disfrutaremos de alas, emprenderemos el vuelo

y cuando esté al llegar el fin de esta pesadilla

sembraremos semillas de ilusión y fantasía

para dejar un reguero que nos sirva de guía.

Sonreirán las flores del campo con una sonrisa fresca,

los pájaros nos esperaran cantando al vernos llegar de vuelta.

Jugarán los niños en las plazas recordando cosas viejas.

Jóvenes enamorados se estrecharán con más fuerza.

Ancianos con sus bastones nos sonreirán

tomando el sol en bancos de piedra.

Los maestros en las escuelas corregirán las cuentas

enseñarán matemáticas, sociales y mucha ciencia.

Hoy quiero vestirme de primavera florida

despertando a las flores que parecen dormidas.

Quiero ser llama en una gran hoguera

dando calor en las mañanas que hielan.

Hoy en este encierro de soledad callada

sin besos ni abrazos de los que más me hacen falta,

me vestiré de nube blanca meciéndome como una barca

por cielos azules de mares en calma.