Me resulta curioso, no había notado que ,en los dias soleados, las láminas del techo hacen crujidos por el calor cada 6 o 7 minutos, que las campanas del colibrí que cuelga del árbol del patio no sonaban hace ya semanas porque se enredaron entre si. Dificilmente había tenido tiempo o interés en notar que hay 60 cuadros de cerámica en el piso de la sala y el comedor. tal vez porque a diario despreciaba la existencia de este mundo que es indiferente al dolor de los demás.

Es curioso, pero no había notado que tenía vecinos que vendían sandías y plátanos «verdes» usando el patio delantero como mostrador, y no había notado que nunca en mi vida había llorado por la posibilidad de que mi vida personal y mis planes se vinieran abajo.

Es gracioso pero no había reparado que mi cocker trabaja defendiendo la casa de alimañas entre las 8 p.m. y las 9 p.m. parado vigilante en la misma ubicación. No había notado que todos desean cercanía entre ellos, pero no la buscan hasta que ésta está restringida.

Interesante, es que no había notado que los cuadros de Botero de la sala tenían casi el mismo nivel de inclinacion con relación a los cuadros de Goya, la vestida y la desnuda, lo que me hizo recordar que no había reparado en que el nivel de egoísmo de muchas personas puede evidenciarse y medirse en momentos de crisis colectiva. Para mi sorpresa aprendí que no me había dado la oportunidad de reparar en el detalle de las enredaderas que crecen pegada al muro frente a mi casa, que sabiamente retienen humedad aportando sombra para que las hierbas pequeñas crezcan y den soporte al suelo, tampoco había fijado mi atención en la capacidad de algunos compatriotas para extender su mano al más necesitado, en tanto tengan suficiente para ellos.

A diario valoraba mi vida diaria pero mi cerebro no me permitía nunca ser feliz, pero no había notado que me faltaba sufrir un poquito por mi, y no siempre por el mundo.

Tu puntuación:

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS