Hice tantas cosas durante esos días encerrada. Aprendí, crecí, acepté la situación, dije muchos «te quiero», y muchos «te echo de menos». La situación nos unió mucho, no me cabe duda. A las 20:00 aplaudíamos por todos aquéllos que hacían posible que siguiésemos adelante, durante el día se escuchaba música en el patio, la gente cantaba, hablaban de balcón a balcón…
Cuando terminó todo, miré hacia atrás y sí, hubo momentos de agobio, de querer salir, de andar más de los 200 metros que había desde mi casa al supermercado. Pero puedo decir, que saqué provecho, no gané un euro, pero hice muchas cosas, muchas.
– ¿Y ahora mamá? ¿Sigues haciendo tantas cosas?
– Ahora nadie tiene tiempo…
– ¿Y por qué ya no se oye música en el patio?
– Todos volvimos a nuestras rutinas.
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