Los días siguen pasando y este encierro se va haciendo cada vez más cuesta arriba. Ya fueron llegando malas noticias en todos los ámbitos, amigos, laboral…. Todo se complica y siento que el mundo se derrumba baja mis pies, luché tanto por mi sueño y ahora lo veo hecho añicos por un bicho que nadie es capaz de parar. Y lo afronto sola porque tu elegiste no estar. Me llenaste de excusas, y me dices que ahora «no se puede» y es ahora cuando siento que deberías poder, que deberías haber estado a mi lado. La vida nos pone en encrucijadas y hay que elegir un camino, y cualquier paso, cualquier acción u omisión es una decisión, y tendrá sus consecuencias, nos guste o no. Tu elegiste no estar, y simplemente pretendes que cuando todo esto pase sigamos como si nada, sigamos con nuestra aventura a escondidas… pero no he podido, no puedo hacerme esto a mi misma, no sería justo. Así que te dije adiós por mensaje, ya que tu no puedes ni si quiera llamarme… y ahora me dices que estas bien, que no pasa nada y que vas a hacer la comidita a tu mujer y tus hijos y siento ganas de darte una ostia en la cara y ni siquiera ese gusto puedo darme. Supongo que hecho lo correcto, tú estas bien, tan tranquilo, y yo, hecha un mar de lágrimas, pero tu elegiste no estar y yo solo he actuado en consecuencia, y se que como siempre, como el ave fénix, resurgiré de mis cenizas… y esta vez no me conformaré, y solo aceptaré estar con alguien que elija quedarse, no pasar un rato, quedarse de verdad.
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