No es país para niños

No es país para niños

Vivacious

25/03/2020

Nunca los 11 de marzos fueron buenos para la ciudad de Madrid. Al menos a los de La Oreja de van Gogh les inspiran canciones. La vida es un ejercicio de malabarismos estáticos y de pensamientos que van y vienen desde ese día. Medio mundo está condenado al teletrabajo y al homeschooling forzoso en el salón de sus casas. Mientras en las cárceles sube el precio de la heroína y la abstinencia de los internos; mientras el tonto de turno en el gobierno da un fatuo discurso de estado de 50 minutos, me centro y pido a la vecina que me imprima los deberes de los niños y me los tire por la verja. Salgo al jardín y, valla mediante, me cuenta que su empresa de catering presenta mañana el ERTE. Un buen amigo economista animó a los ERTEs en un debate anoche e intercambiamos pareceres por Whatsapp. Por la mañana devoro las novedades del BOE. Ni en medio de una crisis se comprende lo que la claridad legislativa de puede aportar a la economía. Malditas burbujas burocráticas. Al rato busco manualidades que hacer con hueveras y ante mis hallazgos me cuestiono acerca de qué he hecho durante 40 años de mi vida sin acumularlas. A la hora de la comida observo atónitaque mi marido agnóstico ha sacado una vela y ha rezado con los niños. Por la tarde voy al supermercado y en el pasillo de las galletas está la guardia civil y en el de las bebidas refrescantes los municipales. Multas a los que compran emparejados.Panorama de tarde de domingo inglés, de cielo gris y un solo comercio abierto. Me cruzo con paseantes de largo recorrido con su perro. Y pienso en mis hijos confinados. No es país para niños.

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