Eulogia hija, a nuestra edad, lo que nos faltaba por vivir, una pandemia dicen que se llama. Pandemia, fijate, suena bien feo.

Bueno, a ti que ni se te ocurra salir de casa ¡eh! Qué es muy peligroso. Los de nuestra edad dicen que están cayendo como moscas, pobrecitos, hay que ver.

No veo mucho la tele, y no soy yo de seguir mucho las noticias, ya sabes que yo me entretengo con mi ganchillo, mis sopas de letras, y mis cosas, pero mi hijo que ahora me llama todos los días, me lo comenta. Antes se reía de mi qué *para que tienes la despensa siempre llena mamá, ni que estuvieramos en guerra* pues mira ahora lo bien que estoy, la despensa llena de todo, mis sobaos, y mi Anís del Mono que es lo que a mi me alegra el día.

La verdad, fijate Euologia, que me siento ahora más acompañada que antes. A la calle no salgo, que no se puede, pero a las 20 salgo al balcón a aplaudir, que me encanta, y también salgo a las 21 con la cazuela. De vez en cuando el vecino del quinto toca el piano, unas canciones preciosas, y de vez en cuando también me vienen a ver los del medallón de La Cruz Roja. Y así pues se pasa el día. Venga hala descansa, y no se te ocurra salir. Mañana te llamo y me sigues contando. Otro pa’ti.

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