Qué paradójico el tiempo…
Te brinda una tregua indeseada a cambio de perderte en ti. Reencontrarte. Te ofrece ésa opción si sabes leer entre agujas, aunque sea a ratos.
Qué paradójico el tiempo…
Cansado de planes banales ejecuta tu capacidad de supervivencia sin posible agenda de eventos. Aún y con mil propuestas digitales, pero frenando el ego de las mil posibilidades.
Qué paradójico el tiempo…
Te aleja de quién amas y te muestra su alma en atardeceres impares. La infinidad en la distancia cobra vida. Aunque valores sin necesidad de marchar.
Ahora la suerte se mantiene estática.

Semillero de historias de cuarentena
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