El virus no se vé. Pero puede verse a través del virus.

El virus no se vé. Pero todo lo que antes no se veía, ahora se vé por el virus.

El enemigo invisible. Y nosotros tan ciegos si no queremos ver.

No quisimos decidir. No quisimos parar. No quisimos proteger. No quisimos descubrir que funcionando así, hay algo mal. Y nos dejamos mandar, y nos dejamos dividir. Y nos dejamos engañar.

Y decide un virus. Y nos hace ver.

¿Un mundo poderoso destrozado por un virus o una guerra que se pierde cada día, por vivir negándola?

El virus nos hace ver lo que más tememos, lo que nunca quisimos ver.

-Un mundo dividido, fraccionado y agrietado, aunque hipercomunicado, si pudiéramos ver, más que poderoso parece debilitado.

Nos susurra un virus que no se vé, mientras se ríe de quienes creíamos los más poderosos.

Quizá por una vez, un virus nos de la oportunidad de tomar las decisiones que nunca se toman.

Quizá el virus que no se vé nos dé la oportunidad de ver lo que siempre negamos, de ver qué es lo realmente importante. De darnos cuenta que solo juntos somos poderosos.

Quizá por una vez podamos vernos a nosotros mismos.

Un mundo incomunicado pero….unido, unido por el miedo. Pero unido al fin.

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