El libro de los secretos olvidados

El libro de los secretos olvidados

Felix Alvarez

23/03/2020

Desde el primer momento pensé que para algunos la reclusión podría ser una experiencia aciaga y anodina. A mi no me importaba, mis libros me acompañaban. Tenia lecturas esperando pacientemente -como el que lo hace en la sala de espera del doctor–, junto a mi sofá. Recibí por Whatsapp ofertas variadas de bibliotecas enteras que ponían a mi disposición, a través de los nuevos medios tecnológicos, las obras literarias más relevantes de toda clase de géneros y, en mi hogar, acompañado de mi familia, decidí escribir; leer y escribir.

Quizás la única decisión que tuve que tomar fue por donde empezar. Elegir un clásico o alguna de esas novedades que cuidan de sus ventas y olvidan el lenguaje literario o, por el contrario, rebuscar entre los amontonados libros de la biblioteca en el desorden que fueron feneciendo para traerlos a mi mente y viajar juntos donde ellos me llevasen aun sin salir de casa.

Los temas de la guerra Civil me atraían, si eran tratados de forma tangencial y en la retaguardia. Como aquellos libros en los que no se ve la guerra pero se palpa. Se siente con ellos que los protagonistas padecen, pero no hay ni tiros ni bombas, solo escasez y hambre. La sangre no es de color rojo ni brota por el cuerpo, el miedo la hiela. Los gritos por el pánico son contenidos y los suspiros apagados. Esas son las noveles que nunca olvidas, las que no se limitan a contar una historia sino que ellas pasan a formar parte de la historia de tu vida. Ocuparán un lugar destacado en tu desvencijada y destartalada biblioteca, un espacio reservado en tu memoria, y ensancharán tu corazón …..Olvidarás los quiebros del relato, los detalles de la historia, los personajes, pero guardarás para siempre las emociones en el frasco de tu alma en el que se impregnan los recuerdos.

Una vez más, descubrí una sensación que penetra de forma silenciosa y sosegada, a dosis de letras ordenadas que, con lectura pausada, con la fuerza de la palabra impregna sin dañar, sin estridencias.

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