El pertenecer a algo nos hace estar en contexto, a sentirnos complementarios.

¿pero qué hay de ahora? – éste preciso instante en el que todos somos alineados al mismo nivel de aislamiento, de angustia y soledad.

Deseo estrecharle la mano a la mujer mayor que me ve desde su ventana, al otro lado de la calle. ¿No es acaso ella la misma persona que veo y aparento ignorar unas dos veces por semana al buscar el pan?.

El aislamiento no me está matando, me está haciendo ver lo ignorado, y a entender lo que verdaderamente debería apreciar.

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