Cuando tenía 23 años pensé: «jamás querré tener hijos, es un acto egoísta, con el que pretendemos que nuestros genes pasen a otro individuo teniendo así una falsa ilusión de que este puede llegar a ser lo que nosotros nunca fuimos. Tantos niños necesitados y nosotros solo somos fábricas de Ego. Ansiamos decir cosas como: ¡mi hijo se parece tanto a mí!». Años después quise ser madre. Biología, supongo. Mi ginecólogo, reconocido como una «eminencia» en fertilidad, tras muchas pruebas realizadas me dijo: «usted es estéril, nunca podrá tener hijos». Full stop. Meses después, en una revisión, el «eminente y empático», (véase-tono-sarcástico), Dr. Azcona me comunicó que todo estaba correcto, que era totalmente capaz de concebir. «Pero usted en su última visita dijo que yo era estéril». Su respuesta fue: «¡YO NUNCA he podido decir tal cosa! solo tiene usted 2 miomas que no afectan PARA NADA a un futuro embarazo. ¡Que pase la siguiente paciente!». Nunca logré ser madre porque esos 2 «insignificantes» miomas con los años derivaron en un úteto miomatoso cuyo tamaño era equivalente a un embarazo de 4 meses. No hubo bebé, pero sí dolores de parto y frustración.
El 11 de marzo me extrajeron la matriz. Durante los 4 días de convalecencia en el hospital, físico y emocionalmente derrotada, me llegó el buro-despido de la empresa donde me «prostituía» (no entraré en detalles). Salí del hospital el mismo día que se declaró el «estado de alarma». Llegué a casa, sin útero, sin trabajo, sin compañía ni esperanzas. A día de hoy, llegan noticias devastadoras que hablan de muertes, causadas por un extermino-virus «creado ve a saber dónde» y nos vemos obligados a un confinamiento que aunque necesario, hace que mi estado mental empeore.
Y últimamente no dejo de pensar en el psicótico Jack Nicholson en El Resplandor afectado por el «síndrome de la soledad inquieta» y sus palabras: «All work and no play makes Jack a dull boy», resuenan en mi cabeza como un mantra. ¿Por qué será?
¿Del confinamiento a la demencia? Esperemos que esta vez la verdad no supere la ficción.
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