Time to thanks

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VFS

27/04/2022

Las tres treinta AM, three thirty local time. Despierto y me dispongo a iniciar un nuevo día, una nueva jornada, con toda la actitud.

Recorro mi casete interno y borro todo lo pasado “borrón y cuenta nueva”, como dicen en mi país. To the garbage all bad things.

Lo primero, siempre, es agradecer. Thanks God for another day. Un nuevo día; uno más para vivir.

Veo la imagen de la virgencita de Guadalupe que engalana la pared de mi habitación, de tan solo dieciséis metros cuadrados, fifthy two point five square feet, y me persigno. Mi Morenita Linda, so Cute.

Nada de mindfulness, de yoga, ni de reiki; todo es cuestión de actitud. Always be positive, be kind, diría mi tata querida.

Tomo un baño de agua fría, no hay para más, total, cuando termino, un cafecito caliente me devuelve el alma al cuerpo, y unos huevitos con frijoles, que gracias a Dios nunca faltan, me dan bríos para incitar un nuevo día, another one.

Llegan a mi memoria aquellos días en que, en compañía de mi prieta linda y mis tres retoños, sentados todos a la mesa, compartíamos un delicioso desayuno, great breakfast, antes de que cada quien partiera a iniciar su día. “Creates your day”, como diría Ramtha.

Sin permitir que la nostalgia se convierta en depresión, apresuro mis viandas; el bus de la empresa está pronto a llegar.

Tomo mi morralito con un pequeño refrigerio, refreshment, como le dicen por aquí, “tente en pie” como en mi pueblo lo llaman, que me ayude a soportar la ardua jornada y cierro, tras de mí, la puerta de mi cuarto. No hay postigos, candados, cerrojos ni aldabones; total, no hay nada que cuidar.

Camino la milla que me separa de la parada del bus y solo espero que este día por lo menos el clima me permita tener una buena jornada laboral. La pisca del algodón no es nada fácil, pero a todo se acostumbra uno; bueno a todo menos a no comer. Entonces recuerdo a mi paisano Cantinflas quien contaba que tenía un burro al que estaba acostumbrando a no comer pero, cuando casi lo logra, tuvo tan mala suerte que el jumento se murió en el intento. Bad luck.

Al fin y al cabo de eso se trata la vida: de ser siempre positivo y nunca evitar que una sonrisa escape fugitiva de nuestros labios ni permanezca vagabunda. Always be positive.

A cada paso que doy, en mi mente voy rememorando a Violeta Parra y canto, en silencio, su excelente canción:

Gracias a la vida que me ha dado tanto.
Me dio dos luceros que cuando los abro.

Perfecto distingo lo negro del blanco,

y en alto cielo su fondo estrellado,

y en las multitudes el hombre que yo amo.

Gracias a la vida que me ha dado tanto.

Me ha dado el oído, que en todo su ancho,

graba noche y día grillos y canarios, martillos, turbinas, ladridos, chubascos, y la voz tan tierna de mi bien amado.

Gracias a la vida que me ha dado tanto.
Me ha dado el sonido y el abecedario,
con él las palabras que pienso y declaro:
madre, amigo, hermano, y luz alumbrando.
la ruta del alma del que estoy amando.
Gracias a la vida que me ha dado tanto.
Me ha dado la marcha de mis pies cansados;
con ellos anduve ciudades y charcos,
playas y desiertos, montañas y llanos,
y la casa tuya, tu calle y tu patio.
Gracias a la vida que me ha dado tanto.
Me dio el corazón que agita su marco.
cuando miro el fruto del cerebro humano,
cuando miro el bueno tan lejos del malo,
cuando miro el fondo de tus ojos claros.
Gracias a la vida que me ha dado tanto.
Me ha dado la risa y me ha dado el llanto.
Así yo distingo dicha de quebranto,
los dos materiales que forman mi canto,
y el canto de ustedes que es el mismo canto,

y el canto de todos, que es mi propio canto.
Gracias a la vida que me ha dado tanto”.

Te extraño, Violeta. Te fuiste tan joven, cuando tú lo decidiste… y por tu propia mano. God forgives you.

El bus se acerca y el sol recién empieza a salir. ¡Good morning América!

Créditos: Create your day, RAMTHA YouTube. Gracias a la vida. Violeta Parra. YouTube.

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