He aquí el narrador de las virtudes de los demonios y los pecados de los santos, el que a dios destruye mientras busca así la paz. Aquel que con alegorías crea ilusiones y destruye realidades; la pluma que conquista mundos, y muestra el esplendor del conocimiento prohibido. Veo aquí la decencia de las metáforas, que el mundo adora sin darse cuenta si es verdad o el engaño imaginario de la historia, el que por simultaneidad ha creado los más grandes seres, como los más insignificantes, la más bella doncella como la más peligrosa. Héroes que termina muertos, guerreros que buscan su felicidad en medio del abismo. He aquí el único que yace en un libro, no fue un dios quien lo escribió, ni un demonio quien lo concibió, fuiste tú el mismo que terminaste con el punto de esta historia, te convertiste en mi propio escrito.
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