El Visitín
Cuando la señora Castaño abrió la despensa un martes por la mañana, se topó con él. No era uno de los suyos, desde luego; los suyos solían ir por parejas y jamás aparecían en la despensa. Éste era gris, diminuto, con una forma que sugería haber sido lavado demasiadas veces. Lo tomó con dos dedos,...