El Homúnculo Divino
Desde lo alto atisba, con sus brazos extendidos como si quisiera volar, Sus labios yacen trémulos y agotados, sus piernas cuelgan juntas, una sobre la otra, su mirada se ha opacado por la agonía, por la confusión. Aun así, conserva el brillo tenue de la vida que se escapa. La sangre finge recorrer su cuerpo...