El Cubo Imposible
Era una mañana como cualquier otra en el pequeño barrio de San Jacinto. Las persianas rechinaban al levantarse, los perros ladraban al compás del repartidor de pan, y el aire tenía ese aroma característico de pan recién horneado mezclado con humedad. Marta, como todos los días, regaba las plantas de su jardín mientras murmuraba una...