El juego de té
Mr. Pattinson, apoyado en su bastón, entró e hizo sonar la campanilla de la puerta. —Good Morning. Can I help you? —dijo la joven dependienta barbilla en alto y sonrisa forzada. —Morning —dijo Mr. Pattinson—. Lleva poco tiempo en Londres, ¿verdad? —¿Tanto se me nota? —Un poco. Imagino que, además de para ganarte un dinerillo,...