Sinopsis:
Era yo un poco joven la primera vez que la vi; deshacerme de ella fue un poco difícil, pero al final lo logré. Este animal alienígena tenía la habilidad de enlazarse neurológicamente con los seres humanos, capaz de controlar su movimiento, controlar su sistema nervioso… Todo, era un apocalipsis zombi, provocado por esta monstruosidad.
Piensa…
¿Es este tu yo interior?
A lo que respondí:
Un monstruo dormido.
1 – ENCUENTRO INESPERADO
Mi reloj de mano marcaba las 11:35 de la noche, la oscuridad cobijaba las risas de mis amigos y yo, el viento chocaba las hojas de los árboles plantados en tan inmenso parque. Caminábamos los cuatro sobre un ladrillado sendero hablando de los poderes que cada uno podría tener, o quisiera tener. Salíamos de una calurosa fiesta llena de drogas y alcohol, así que no estábamos tan sobrios esa noche, pero recuerdo perfectamente ese evento tan inesperado que luego cambiaria las vidas de cualquier ser humano en la historia.
Fue un destello blanco que emanaba de uno de los campos de futbol bajo una colina lo que llamo nuestra distraída atención, especialmente la mía, el chico más sobrio del lugar. Pocos transeúntes y mucho menos un lugar a donde pedir auxilio por si las cosas se salían de control; me acerque lentamente a la sima de la colina para poder observar panorámicamente el campo de Futbol, mis amigos hicieron lo mismo. Arrastrándonos entre el césped se ensuciaron mis pantalones y chaqueta negras, ni mencionar mis zapatos blancos. Mi mejor amigo Jhosep melklido, se quedó atrás, su excusa me parecía muy torpe y su explicación nada acertada de lo que podía ser la luz; según él, serían las luces de un reflector que se estuvieran instalando, pero las luces que deberían iluminar las canchas estaban apagadas y la hora era muy avanzada para que hubiera trabajadores merodeando por allí.
Solo fuimos a ver tres, entre ellos un niche al cual le decíamos Will por su parecido a Will Smith pero joven; era el bateador del equipo de beisbol de la preparatoria se llamaba en realidad Estephen Mord. Otro, un mono acuerpado de ojos azules intensos llamado Erik Andrew Shutt; Era el salvavidas de la piscina municipal y yo. Nuestros ojos se posaron en la extraña luz que emanaba de la mitad del campo, la escena era traumática, no había ninguna luz reflectora ni alguna reparación o algo parecido. Había cinco niños formando un pequeño círculo entre ellos dos niñas, cada uno de unos diez años. No lograba verlos bien; sus bocas y sus ojos estaban irradiados por un destello blanco que parecía provenir del interior de sus cuerpos, las manos estaban a sus lados y su piel se estaba tornando de color gris; las venas parecían cables negros que salían de sus cuerpos alborotadas. Pero algo mucho más extraño pasó esa noche, de en medio de ellos salió una extraña criatura de color negro, que parecía una bestia, un depredador. Su forma era bastante extraña, tenía forma Humanoide, pero su cabeza era muy parecida a una cuchara doblada en dos por el mango; esta se agacho y de su espalda parecían salir cinco tentáculos de color Gris que se dirigían a las cabezas de los niños.
Este tentáculo rodeo el cuello de sus »presas» de una manera suave y firme. Del extremo de ellos una aguja de color negro sale disparada a sus cabezas y clavándoseles en la mitad de la coronilla; la sangre empezaba a chorrear de sus cabezas directo a sus caras. Will, no dudo ni un segundo en sacar su cámara, la cual vacío todos los videos de la fiesta y empezó a grabar lo que pasaba.
– ¿Qué es esa mierda? – Pregunto Andrew, su rostro reflejaba mucho terror, y al mismo tiempo sorpresa. Yo con un gesto de precaución le dije:
-No lo sé, Pero es mejor que nos vallamos de aquí.
– ¡¿Hey que sucede allá arriba?! – Grita Jhosep, de manera risueña y curiosa. Yo le hago una seña de que venga y le trato de comunicar que no haga mucho ruido.
– ¿Pero qué coños está pasando Mark? – Me vuelve a gritar.
Parece que no me ha entendido; no le hago más caso y mi mirada se vuelve a dirigir a la cancha de futbol. Sucede algo más extraño aun, aunque sabía que debía irme de allí la curiosidad no me dejaba. La bestia pretendía controlar a sus presas de alguna manera y creo que la aguja clavada en sus cabezas era como una especie de antena telepática entre los niños y la criatura. ¡Esa era la manera! La explicación del porque los chicos se movían de aquí para allá cuando la criatura lo deseara. ¿Qué era ese extraño ser? Por algunas horas antes de que ocurriera la invasión creí al igual que mis amigos, que todo eso fue un efecto de los tragos y las drogas de la fiesta.
Will se acercó a ver más de cerca y grabar mejor lo que pasaba, Jhosep subió la colina y tomo el lugar de Will; su reacción al ver a los niños caminando como Zombis fue de terror, si no es por Andrew quien le tapó la boca con sus manos nos hubieran descubierto antes. Yo sentí la necesidad de bajar a acompañar a Will y poder mirar más de cerca. Bajé esa colina directo a las rejas que rodeaban el campo y allí agachado estaba Will grabando con su cámara, los niños aún seguían paseándose como muertos vivientes por el césped, sus bocas y ojos seguían iluminados.
Una muchacha rubia que estaba de paso justamente por el lado de la cancha donde no había reja alguna, parecía distraída y escuchando música. Venía de trabajar de enfermera según sus ropas. Cantaba a todo pulmón una canción típica de pop y yo odio el pop… Su estresante voz de Eco llamo la atención de la bestia; esta se camuflo y desapareció. Los niños empezaron a ir en dirección a la muchacha muy rápidamente, como si estuvieran aprendiendo a cazar; Los rostros de los niños no parecían tener ninguna emoción. La muchacha aun distraída fue atacada por esas monstruosidades, sus gritos aun retumban en mi cabeza; Los niños despedazaron su estómago, tenían la intención de diseccionarla, sacaron sus tripas, su hígado, todas sus viseras y las dejaron alrededor de la chica. Mi expresión de horror era abrumadora, todo ocurrió en menos de 5 segundos; todo captado en cámara. Vi a Will y con la mirada supimos que ambos pensábamos lo mismo: debíamos salir de allí. La bestia salió de su invisibilidad y se acercó al cadáver de la enfermera y empezó a alimentarse de las vísceras que estaban pintando el verde césped de rojo carmesí. Cuando termino, cerro el vientre de la muchacha y esta se levantó; como si no le hubiese pasado nada, pero sus ojos y su boca empezaron a brillar de la misma manera como la de los niños. Luego recibió la misma aguja en su cabeza. Will y yo fuimos retrocediendo lentamente y tratamos de subir la colina, estábamos, no sé, a punto de experimentar un ataque Zombi o alienígena o mucho peor, ambos; Esto lo debían de saber las autoridades.
2 – EL ESCAPE
Nuestro afán por salir de ese tenebroso parque vino a nuestros cuerpos quienes silenciosamente retrocedían sin hacer quebrar ni un solo pasto; esto parecía eterno, subimos la colina con algo de dificultad. Un resbalón de mi amigo Will alerto a la bestia de inmediato, nuestras miradas que se posaban de nuevo a nuestras espaldas captaron a los cinco niños con la enfermera acercarse a nosotros a toda velocidad. No hicimos nada más que dejar el sigilo a un lado y echar a huir; enterraba mis manos con tanta furia sobre el césped para agarrarme y poder escalar muy rápido esa estúpida colina casi a gatas. Ni Jhosep, ni Andrew esperaron a que nosotros llegáramos a su encuentro, ellos sin pensarlo echaron a correr traumatizados de la anterior escena. Solo quedamos Will y yo.
Con nuestros pulmones fatigados llegamos a la entrada de una biblioteca que se suponía habría toda la noche, ese día era Domingo, y la esperanza de que alguien nos ayudara era nula. Los seis seres aun nos perseguían y nosotros corríamos por nuestras vidas; No podíamos quedarnos en la puerta de esa biblioteca esperando a la muerte, Entonces seguimos corriendo cuesta arriba. Para poder salir de este parque debíamos recorrer un pequeño bosque que daría al camino que nos llevaría a la entrada de la carretera; mi auto estaba allí esperándome.
Sin embargo, los esfuerzos por perderlos eran en vano, las luces que emanaban de sus cuerpos alumbraban nuestras siluetas. Llegamos a la conclusión de que si seguíamos corriendo le sería más fácil para esta bestia atraparnos, así que nos escondimos tras un gran roble de unos mil años grande y fuerte. Will agarro dos ramas muy gruesas capaces de matar a un hombre de un solo golpe y me dio una a mí para que fuera capaz de defenderme. Esperamos a que las monstruosidades estuvieran lo más cerca posibles para atacarlos y el punto perfecto para hacerlo era esa aguja en su cabeza.
Paso el primer niño; un jovencito de menos de 9 años que parecía un animal salvaje, corriendo y mostrando sus afilados dientes. Will lo ataco en la cara frenando su recorrido con la vara; este cayo y yo me acerqué rápidamente, antes de que pudiera pararse le di un golpe con todas mis fuerzas en la cabeza entonces la aguja salió disparada. La luz que emanaba de su cuerpo se apagó y de su boca a rastras y herido salió un gusano de color negro con un extremo de color blanco, parecía emitir un sonido de alerta; mis zapatos se ensuciaron de su sangre negra cuando lo pise con tanto odio. Esto sin duda alerto a los demás y aceleraron su velocidad en dirección a nosotros; Sin más alternativa seguimos corriendo sin tener salvación.
Llegamos por fin a la carretera y mi auto un Chevrolet Aveo de color negro estaba allá esperando a que lo encendiera para poder largarnos de allí de una vez por todas. No sabíamos en donde estaban Andrew y Jhosep pero tampoco nos íbamos a poner a esperarlos. Abrí la puerta del asiento delantero, por error dejé caer mis llaves en el suelo y no las encontraba; más encima los gritos de Will por darme prisa me estresaban, sin mencionar que los seres restantes nos perseguían a solo unos cuantos metros. ¡Las encontré detrás de una llanta! Me incorpore y encendí el auto, cerré la puerta y retrocedí para ubicarme en la carretera. Conduje pisando el acelerador hasta el fondo, no había recorrido ni diez metros y escuchamos un golpe en el capo; vi a una muchacha por el espejo de unos once años, la reconocí en seguida, era la hija de uno de mis compañeros de trabajo. Trabajaba en ese entonces para costear mis estudios en un almacén de Zapatos los Lunes en la tarde; Solo que ahora esta niña tan tierna y dulce se había convertido en un monstruo por culpa de la bestia.
Esta se encaramo sobre el auto y comenzó a arañar el techo.
– ¡Mueve el auto, mueve el maldito auto o zarandéalo! – Me dice Will desesperado por su vida.
-La conozco – objeción – ¡es la hija de Jhon! – Will golpea la guantera
-No me importa de quien putas sea hija, ya no es humana es un maldito monstruo.
Sin más que decir y contradecir llegue a la conclusión que Will tenía razón; pise el acelerador aún más a fondo y conduje el auto de acá para allá hasta que la niña no pudo sostenerse y cayó al asfalto; su cabeza se destripo como si fuese una uva. Por unos segundos me sentí culpable ¿Cómo reaccionaría Jhon al enterarse de que su hija está muerta por manos mías?
Gracias a la velocidad del auto, logramos perder a la bestia y sus bestialitos.
– ¿Qué fue eso Mark? – Pregunta Will muy asustado.
– No lo sé, un ataque terrorista o algo así puede ser.
– ¡Diablos Mark! tú te diste de cuenta que esa criatura no era de este mundo.
– Por eso te repito Will, no sé qué coños está pasando. ¿Aun estas grabando?
– Sí, pero ya la apagare debemos mostrar esto a las autoridades.
– ¿Y será que nos creyeran? – le pregunto con ironía.
– Pues… Tenemos evidencia – me dice dudando un poco – Mañana iremos a la comisaria y les diremos todo.
-Pero creyeran que yo asesine a Lina – Digo contradiciéndolo.
– Nadie creerá eso, no ves que está en evidencia. – Refuta Will.
– Solo déjame llevarte a tu casa. Parece que Jhosep y Andrew están bien; Todos esos nos perseguían a nosotros. Solo… Debo dormir un poco, mañana hablaremos sobre esto.
Deje a Will frente a su casa muy cerca de la mía, era hermosa esa casa, un jardín grande y dos pisos pañetados en mármol. Me despedí de él y conduje a mi casa meditando en lo ocurrido, sonó mi celular y la llamada era de mi madre; seguro está preocupada del por qué no he llegado a casa.
-Hola.
– ¿Dónde estás?, se suponía que debías llegar a casa hace una hora.
– Allá voy mama, estoy a dos calles de llegar. – Mi atención se dirige a una caravana de patrullas de policía que se dirigen precisamente de camino al parque. Yo me hago el bobo, me voy entonces a mi casa, cuelgo el teléfono y llego en quince minutos.
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