Care Papa 86 (nombre no final)

Care Papa 86 (nombre no final)

1

Guayaquil, junio 1986

Ya son como las doce y media y sigo aquí echadota en la cama.

Y yo que ayer antesito de dormirme juraba que desde hoy ya iba a volver a ser igualita que antes ja ja ja. Para disimular supuestamente.

Fumo

¡Qué disimular ni que ocho cuarto! Si hasta miedo me da salir de aquí y voy a estar saliendo a la calle para ponerme a disimular. Ya es recontra tarde, ya casi es la hora del almuerzo.

¡Ay diosito qué pereza carajo!

Bostezo y fumo

A la mierda ya con todas esa huevada. Ya disimulé dos semanas. . . dizque. Para eso mejor ya me empiezo a acostumbrar nomás. Porque aunque toditos esos hijue putas sigan siendo igualitos y yo siga siendo una gorda care papa, ya nada que ver pues. . .nadita de nada.

Además parece que todititos esos manes se la creyeron bien creidita que fueron los cojudos esos de Alfaro Vive Carajo. Hasta Fran se la creyó. Si no por qué nos dieron todito el billete que les pedimos.

Se la creyeron.

Fumo

Yo soy la que todavía no se lo cree todavía, y me la paso todito el santo día aquí nerviosa como un conejo.

Fumo

¿Y si me largo de aquí? Eso mismo es lo que debería ir haciendo yo. Eso mismito. Podría salir a comerme alguito por aquí y de ahí largarme ya de aquí. Escaparme de este calor tan hijue puta a otro lado donde nadie joda.

Fumo

¿En qué chucha estaba pensando yo con eso de disimular? Por gusto les hago caso a esos manes. Si es que soy medio pendeja a veces ¿Dónde estarán esos manes? Disimulando, seguro. . . ja ja ja.

Me puedo ir a otro lado pero ahora sí ya afuera de Guayaquil, y ahí sí ya no me ven ni el pelo.

Fumo

A la playa.

¡Qué chucha que sea lunes! Mejor porque así seguro que todas esas playas están vacías. Hasta Salinas debe estar vacío ¡Cheverísimo Salinas así sin gente! Ahí me puedo vacilar unas cervecitas tranquilita en el malecón sin que nadie me joda.

¡Qué disimular ni que nada!

Lo mejor que puedo hacer es largarme de aquí ahorita mismo y acostumbrarme en otro lado antes de que me agarren o me vuelva loca acá.

¡Esta ciuda sí que es fea! Y para colmo todo el mundo anda como loco con eso del mundial. . . ni que hubiéramos clasificado.

Fumo

¿Y si suena el teléfono?

Fumo

¡Ay que mamerta que soy! Si el teléfono ya no va a sonar pues. Aquí ni siquiera hay teléfono ¡Mejor! A veces me olvido que ya se acabó toda esa pendejada. Sobre todo cuando recién me despierto, ahí es que se me olvida todititito. Pero igual así todo un siempre ando asustada.

¡Qué feo sería que llegue la policía!

Fumo

O que vengan esos manes a robarme mi parte del billete.

Fumo

No pues si esos manes no saben a dónde me vine a vivir ahora. . . pero pueden averiguar.

Fumo

Ese man de Paco puede ponerse a averiguar. Es pilas el man cuando hay billete en medio.

Fumo

Ya mejor ni pienso en eso.

Hace tiempo que no me voy al mar. Si más de un mes estuve encerrada en ese cuarto con esos manes y ese pobre flaco hijue puta. Ya se acabó sa pendejada ¡Por fin¡ Ahora me largo a la playa; no voy desde hace como tres años ¿Con qué plata iba a ir pues?

Fumo………… fumo……… fumo

Me voy a dar una bañadita, después salgo a comer algo por aquí cerca y me vuelvo acá, agarro mis cuatro tereques y me largo.

Muere el cigarrillo en un cenicero.

Estaría llegando a Salinas en la tarde, a eso de las cuatro o cinco, no, a eso de las seis recién, porque esos buses se dan un pocotón de vueltas antes de salir de Guayaquil. Llego y me busco un hotelito ahí al frente del mar justito.

¡Ahí sí que voy a disimular bien bonito!

Un hotel que se pueda ver la playa desde la ventana, o con un balconcito bien puesto; si ahí toditos esos edificios son con balcón, y me vacilo mis cervecitas heladas en la tarde o ya en la noche, como una reina ¡Qué chucha que sea una gorda care papa!

Me lo merezco.

¡La plena pues! Sí yo fui la que más trabajó. . . pero por tarada que soy nomás ¿Quién me dijo que me quedara allí metida todo el rato? Nadie. Gorda pendeja que soy.

Fumo

Como cuatro semanas escuchando gritos y llantos del uno, y puñetes, insultos y patadas de esos otros dos maldecidos; y yo también discutiendo con esos hijue putas y esperando a que suene ese teléfono maldito.

Fumo

Lo peor de todo es que estaba enamoradota yo de ese pobre flaco hijue puta.

Igual yo me enamoro de cualquiera que se me cruza y peor si lo veo todos los días y hasta me habla y me deja tocarlo.

Y ese flaco cómo se imaginara que soy yo. Porque segurito que se ha de imaginar. . . y me ha de querer es matar a mí.

A los tres.

Fumo

Ya mejor me voy a bañar nomás

¡Pero qué pereza dios mío!

—————–

Mejor me como algo en el terminal nomás ¡Qué voy a estar saliendo! No vaya a ser que en la punta del horno se queme el pan. Y yo soy el pan pues ja ja ja . . . una masa es que soy.

Fumo

¿Cuánta plata será de llevar?

¿Con cien mil sucres me alcanzará?

Sí, con cien mil sucres estoy, seguro que hasta me sobra. Me voy como estoy, sólo llevo alguito más para mañana y salgo a comprarme más ropa por allá. Total ni que tuviera ropa de playa. Ah pero el bikini sí me lo llevo porque si no dónde voy a conseguirme un bikini de mi talla allá, peor ahora que ni es temporada de playa y en Salinas ni almacenes casi hay.

Fumo

No sé por qué es que me pongo tan nerviosa cada vez que tengo que sacar la plata de esa funda negra donde tengo mis billetes.

Fumo

Me paro a buscar la funda esa en el closet y tiro toda esa plata en la cama.

¡Todo eso es mío!

Me late durísimo el corazón del miedo, si pareciera que ahorita mismo van a patear la puerta los policías y a entrar con ametralladoras ¡Quieta ahí gorda!

Con las manos en la masa me atrapan.

Por dios que feo que es esto de andar con miedo siempre.

Fumo y fumo

¿Cuánto dije que iba a llevar?

Cien mil, con cien mil sucres me alcanza y hasta me sobra. Sí.

Fumo

Ochenta mil en billetes de a mil y treinta mil en billetes de a quinientos para tener billetes más chicos. Igual tengo que comprarme más cigarrillos así que ahí cambio un billete de a mil para tener algunos de cien.

Muere el cigarrillo contra el cenicero.

—————–

Hace más de media hora que estamos atorados en este tráfico maldecido, pero creo que yo en cambio estoy más tranquila que cuando estaba encerrada allá en la casa.

Qué calor que hace en esta ciuda condenada.

¡Ya que chucha!Si me voy a la playa, no me voy a andar cabreando por huevadas, además tengo un montón de billete para comprarme lo que me dé la gana. Esta calle me gusta; la calle de las Américas es. . . no, la avenida de las Américas es que es. Al final terminé cogiendo ciento cincuenta mil sucres por si acaso y como no tenía ganas de andar en buseta me cogí un taxi.

¡Qué calor que hace!

Quiero fumar.

¡Ay ya llegó el Playland Park! por las fiestas de julio segurito, siempre viene cuando son las fiestas de Guayaquil. Nunca me he subido a la montaña rusa esa, ni a las tazas esas que dan vueltas o a ese blanco grandotote; ahí tiene el nombre en un letrero… ta…ga… da ¡Tagadá! Un día voy a venirme a vacilar al Playland y me compro una de esas manzanas encarameladas.

Son riquísimas esas manzanitas.

No, mejor no vengo, ahí seguro que hay un pocotón de policías, así que ni para qué.

¡Ay por dios que tráfico de mierda! Pero igual mejor aquí que allá, a menos que el señor taxista fuera un espía ja ja ja. . . Ya hasta me rio acá.

Que más adelante están construyendo uno paso en desnivel, me dice el señor taxista, que por eso es que el tráfico tá tan hijue puta. En colectivo no llegaba ni mañana, o sí, porque el 64 se va por el cementero y típico que por allá van más rápido. Igual no me iba a subir en una buseta toda apretada y llenecita de gente con todo este billete, después me chorean. Esos choros no sé cómo hacen, pero esos manes saben cuando una va con plata ¡Son como adivinos!

¿Cuánto costará alquilar un cuartito en el hotel ese Miramar de Salinas? Con esto seguro que me alcanza. Ese hotel es el más aniñado, y segurito que tiene piscina, restoran y todo eso, así como los que salen en las películas. Además queda frente al mar. Hasta aire acondicionado ha de tener.

¡Chuta ya me voy a hacer aniñada yo pues ahora!

Le pregunto al taxista si puedo fumar aquí, por suerte me dice que sí, que fume todo lo que quiera nomás pero que tire las cenizas afuera.

Fumo

“¿A quién le va mi reina?” Me pregunta el señor taxista, le digo que me voy a Salinas y el hijue puta se me ríe, segurito que porque ve que una gorda se va a la playa; pero no, me repite que a quién le voy en el partido de fútbol que está escuchando en la radio; le pregunto que quién juega y me dice que Brasil contra Francia, que son los cuartos de final del mundial dice y que van uno a uno y ya mismo se acaba y hay penales. . . ja ja ja y yo que ya iba a insultarlo por decirme gorda. Le digo que yo quiero que gane Brasil, porque me caen bien los brasileños, además porque se supone que son los mejores del mundo ¿No?. El señor taxista me da la razón; es medio guapo el man, un cuarentón simpaticón con cara de que le gusta bailar salsa.

Fumo

– Aunque sabe qué, también me gustaría que México quede campeón porque esos manes son los que hicieron el mundial y además tuvieron ese terremoto horrible, pobrecitos.

El señor taxista se me ríe otra vez y me va a decir algo pero se queda viéndole el culo a una niña de colegio que pasa por la calle ¡morboso hijue puta! y cuando la niña ya se va, me dice que no, que a los mexicanos ya los eliminó Alemania. Yo pensaba de que ya se había olvidado de lo que le dije.

Fumo

– ¿Y cuándo mismo llegaremos nosotros a un mundial?

– Nunca mi reina, si más malos que somos. Siempre quedamos últimos en esas eliminatorias.

Fumo

– Qué pena los mexicanos, me cae bien México. Igual creo que nunca conocí a a uno así de carne y hueso, pero me encanta el chavo del ocho y las telenove_ las ¡Ah! y también las películas de Cantinflas!

Fumo

¡Que chistoso que ese man! Hay una que hasta se hace amigo del diablo.

– Ah esa no la vi, me dice.

– Los que si no me gustaría que ganen son los argentinos porque esos son más creídos que qué, además ese Maradona recién le hizo un gol con la mano a otro equipo ¿No lo vio?

– Ah sí pues, a Inglaterra fue mi reina. La mano de dios dice que fue. Estaban cabreadísimos esos ingleses. Lo querían matar al árbitro ja ja ja.

Fumo

– Ese Maradona qué se cree, tramposo hijue puta. Y tampoco quiero que ganen los alemanes, porque también a esos hijue putas los odio. Esos son pues los que hacen las guerras mundiales y matan a todos.

Fumo

¡Pobres mexicanos!

Fumo

Y la mascotita bigotuda del mundial está por todos partes… y eso que ni llegamos.

– Ah sí pues, El Pique se llama, esa es la mascota oficial del mundial. En España 82 era Naranjito ¿No se acuerda niña?”

– Aja, claro pues, Naranjito. Se llamaba.

El señor taxista se pone a pitar como un maldecido para que se muevan los que están más delante. Si supiera el man que a mí me decían Naranjito antes. Ya ni yo me acordaba de eso. Mejor.

– ¿Si vio? Se puso el semáforo en amarillo y casi ni avanzamos nada por culpa de esa vieja del San Remo que se puso a comprar chirimollas ¿Si vio mi reina?

Que sí le digo, pero en verdad no vi, yo estoy en mi salsa y no me importa, la estoy pasando bien. Hace tiempo que no me subía a un taxi. Pura buseta nomás era yo. Además está buena la conversacioncita, eso era lo que necesitaba para tranquilizarme yo, conversar con alguien.

– Ya no se ofusque caballero, que después le da más calor. Ay están poniendo la cancioncita del mundial ¡Súbale, súbale que me gusta!

México ochenta y seis.

México ochenta y seis.

El mundo unido por un balón.

Estamos aw rarara rara rara raaa

Se me ríe el señor taxista de escucharme cantar, es que no me la sé pues. Ya por fin empezamos a avanzar.

– Pobres mexicanos, los eliminaron en su propia casa. Se han de haber puesto a chillar contra la pared, así como Kiko… ¡gruaaaaaaa! Se cuaja de risa el man de escuchar las huevadas que digo. Así llena de billete soy chistosísima, pero cuando no tengo es nada, ahí sí que ayayay mijito.

Fumo

A Fran, a veces le ponía El Chavo del Ocho, pero sólo para que escuchara nomás porque tenía los ojos bien vendados. Igual se reía el man un poco. . . una vez se rio ¿Qué estará haciendo?

Fumo

Seguro ha de estar todavía en algún hospital, pobrecito, pero al menos ya está con sus papás y con su novia, la argentina flacuchenta esa. Florencia se llamaba.

Fumo

¡Flacuchenta de mierda!

Le dejamos toda la careta hinchadota a Fran de tanto que le pegamos. Bueno yo casi no le pegué, pero Mario y Paco sí le daban, y le daban durisisísimo y hasta lo pateaban. Son malos esos manes.

Fumo

En una que Mario iba pasando y le manda una cachetada a Fran, así como para que se acostumbre nomás, y a Fran que se le cae la venda de los ojos, pero sólo un poquito nomás, y Mario casi lo mata a puñetazos porque pensó de que le había visto la cara. Paco y yo tuvimos que agarrarlo a ese man antes que lo mate, y lo dejo hecho pedazos. Y era el segundo o tercer día recién ¡Pobrecito! Desde ahí que no paró de chillar ese man, ni bien lo tocábamos empezaba a sacudirse y a temblar.

Yo sólo le pegaba cuando estaban Paco y Mario ahí, para que no vayan a pensar mal esos manes.

Fumo

Yo lo trataba bien, hasta lo acariciaba para que no se asuste… pobrecito, si lo teníamos amarrado. A veces lo tenía toda la noche para mi solita ¡Ay que rico!

Ahí está el terminal terrestre ¡Por fin!

Fumo

¡Cómo extraño a ese flaco hijue puta!

Que estudiaba periodismo decía.

Seguro que la novia se ha de haber asustado de verlo tan flaco y con la cara hecha mierda. Segurito que ya ni lo quiere la argentina creída esa. . . Tres dientes le sacamos de tanto puñetazo que le dimos. Bueno, yo no, ellos.

¿Por dónde andarán Paco y Mario?

Fumo

Ninguno dijo que iba a hacer con su parte del billete. Toditos andábamos como locos viendo de que ninguno se llevara más plata. Yo tenía mi pistolita ahí bien guardada por si alguno se quería hacer el muy sabido.

Y ahora que soy millonaria tengo que ser más pilas todavía.

Fumo

– Uuuyuyui se acabó, penales mi reina… pe-na-les.

Fumo y tiro el cigarro.

Ya estamos entrando al terminal.

Lo primero que voy a hacer cuando llegue a Salinas es comerme un cebichito de conchas y un arroz con pescado frito, una cervecita y al hotel y acostarme un rato… no, qué acostarme ni que dada, me voy al malecón a tomarme otra cerveza.

– ¿Cuánto es?

– Ochenta latas nomás reina.

Le pago con quinientos, me pregunta si tengo un billete más chico y le digo que no. Más mentirosa que soy ja. ¡Si supiera el man!

Ahorita sí, voy lo más rápido que pueda a comprarme ese pasaje y después me quedo viendo los penales en uno de esos restoranes, ahí de paso me como alguito, porque ni almorcé de tan nerviosa andaba. Sólo fuma que fuma.

Todo este terminal miserable huele a pollo frito.

SINOPSIS

La gorda care papa es una mujer joven de clase baja y poca educación pero desde que se hizo millonaria, secuestrando al hijo de un diputado, adquirió algunas certezas, como: que los alemanes son malos, que los argentinos son creídos, que Ecuador nunca va a clasificar a un mundial y que es mejor ser millonaria. Ahora ella decide largarse al balneario, casi vacío, de Salinas y hospedarse en un hotel de lujo para vivir como una reina. Allí care papa conocerá una sarta de personajes marginales y turistas rubios, que serán espectadores y víctimas de su transitar, mientras lo único que ella anhela es que los malvados Alemanes y los creídos Argentinos seas eliminados del mundial de Méjico 86, vencer el delirio de persecución tomando cerveza y no perderse ni un capítulo de Los Magníficos o del Auto Fantástico.

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