“Más vale quedarse aquí y esperar, a lo mejor se calma la tormenta y se despeja el cielo, y entonces podremos encontrar el camino por las estrellas.”

Tormenta ,Alexandre Pushkin (1799-1837)

“Esperaba con impaciencia la respuesta a mi carta, sin atreverme a abrigar una esperanza y tratando de acallar los oscuros presentimientos.”

Carta ,Alexandre Pushkin (1799-1837)

SINOPSIS

Nos pasamos la vida esperando , esperando el amor , esperando un trabajo mejor , esperando un hijo , esperando en la consulta del médico, esperando un avión en el aeropuerto, esperando a que nos atiendan en un bar , esperando a que lleguen los últimos invitados de una cena , esperando ser felices , esperando vivir antes de morir .Las esperas firman y marcan nuestras vidas . Nos inspiran igual que los sueños, igual que nuestras lecturas de juventud .Emma no es Madame Bovary, pero sigue sus pasos , esperando la emoción, la pasión, la ilusión con perseverancia , tropezando y siempre esperando . Su vida es un mosaico de esperas en salas de esperas hacia el espejismo de una vida emocionante y mejor

CAPÍTULO 1

Esperando a por un chocolate en el café Pushkin

“Elle parlait en phrases sobres

De la révolution d’octobre

Je pensais déjà

Qu’après le tombeau de Lénine

On irait au café Pouchkine

Boire un chocolat”

NATHALIE , Gilbert Bécaud, Bertrand Delanoë, 1964

Hablaba en frases sobrias /

De la revolución de octubre /

Yo ya pensaba,/

Que después del mausoleo de Lenin /

Iríamos al café Pushkin,/

Beber un chocolate .

Esperaba con impaciencia haciendo crujir bajos sus rápidos pasos el parqué encerado en el café Pushkin, concretamente de la farmacia , esperaba la respuesta a sus dudas y nervios que pensaba endulzar bebiendo el tan famoso chocolate ….

Desde su llegada a Moscú le retumbaba la canción de Bécaud en bucle . Siempre le había gustado . Y cuando la agencia le preguntó en qué sitio le resultaría más fácil quedar con su traductor ,si en su mismo hotel ,u otro sitio…él contestó casi sin pensarlo: en el café Pushkin .La representante de la agencia se rio y dijo …cosas de franceses. No sé si usted lo sabe pero este sitio es imaginario ,no existía antes de la canción ,es nuevo , se creó en el 99 y lo hizo un francés . Todo un mito derrumbándose como un terremoto sobre el Kremlin , por el auricular del teléfono. El café Pushkin era un lugar literario , un invento tan romántico como universal .

Acababa de entrar en la planta baja : la cafetería; había llegado veinte minutos antes para poder disfrutar del lugar antes de que llegara el traductor o la traductora que le iba a asesorar en los trámites administrativos que le esperaban . El blanco edificio era muy llamativo y pudo leer en una placa que efectivamente la planta baja era una antigua farmacia creada por dos alemanes a finales del siglo XIX. Nada más pasar pudo admirar las boiseries blancas, las estanterías con viejos botes de medicinas de porcelana en tonos azules y verdes ,mezclados con cajas de aromáticos tés y delicados pasteles en relucientes vitrinas . Dos inmensos samovares tronaban en la estancia y brillaban tal las joyas de los antiguos zares .El lugar era acogedor y turístico a la vez . Se respiraba auténtico ambiente barroco aunque realmente era un decorado aprovechado con mucho gusto y avispado acierto comercial .

En la primera planta se encontraba la librería con libros de medicina, de literatura y mesas con manteles y velas para cenas románticas. Subió a echarle un vistazo pero bajó con un rápido paso febril .Se instaló en una mesa de la farmacia: al fin y al cabo ese ambiente sanitario le resultaba muy familiar . El solía vivir rodeado de medicinas o recetarlas .Sacó el móvil y miró si no tenía un mensaje de la agencia . Pidió un chocolate y un merengue rosa pálido con una violeta de azúcar . Realmente todavía quedaban más de diez minutos para la hora de la cita . Un camarero vestido a la moda del siglo de Pushkin le trajo lo que había pedido ,servido en una vajilla fina . Hablaba francés y le preguntó

¿Usted sabe que es un sitio creado a partir de la canción de Bécaud? Durante décadas turistas de todos lados ,incluso rusos lo buscaron y en realidad era una invención del cantante .Y por fin casi cuatro décadas más tarde un restaurador parisino de origen ruso tuvo la idea de comprar este bonito edificio y de convertir el mito en realidad . Bécaud fue invitado de honor en la inauguración y cantó su famosa canción Nathalie. Y desde entonces todo el mundo cree que siempre ha estado aquí. Todo el mundo quiere creer en esta magia .

Moscou les plaines d ‘Ukraine/Et les Champs_Elysées /on a tout mélangé/et on a chanté .(Moscú,las llanuras de Ukrania/Y los Campos Eliseos/lo hemos mezclado todo /Y hemos cantado…)

El camarero un chaval fuerte y sonriente parecía satisfecho de hacer de guía como la Nathalie de la canción. Hasta se fue tarareando

Elle avait un joli nom mon guide Nathalie, Nathalie. (Tenía un bonito nombre mi guía Nathalie,Nathalie)

El sacó otra vez el móvil y miró la hora: faltaban tres minutos . Repasó rápidamente a los clientes merendando en las mesas cercanas , casi todos turistas con móviles ,guías, cámaras de fotos y extremadamente abrigados . Los rusos y en especial las rusas vestían con ropa elegante y sofisticada como el lugar que no dejaba pensar que fuera se estaba a diez grados bajo cero . Ya casi era la hora y se puso nervioso fijándose ya sólo en los nuevos llegados. Descartaba a las parejas o a las familias, en fin a los grupos , sabía que vendría una sola persona, pero con los nervios se le había olvidado preguntar si sería hombre o mujer . Al final le daba igual era para traducirle las conversaciones y los papeles, pero ahora que se le aceleraba el corazón pensaba que había sido un fallo grande . Cada vez que se abría la puerta y entraba alguien sólo lo buscaba con los ojos sin saber si podía ser la persona que esperaba .Tampoco sabía nada de su edad y todo eso le causaba ahora una ansiedad innecesaria que hubiese podido evitarse con un par de preguntas . La representante le había liado con esa historia del café Pushkin y se le había ido el Santo al cielo . Diez minutos más tarde que la hora fijada y veinte personas más y equivocadas ,por fin entró un hombre de unos cincuenta años vestido con una parka kaki y vaqueros que sin dudarlo ni un segundo se dirigió hacia él . Claro él habría visto su foto en el expediente . Hola soy Serguei , perdone usted el retraso pero por aquí es imposible aparcar . Le dio un franco apretón de mano y pidió dos vodkas al camarero . Dejémonos de mariconadas afrancesadas dijo y se rio, no se ofenda pero así rompemos el hielo .Puesto que voy a ser su voz y sus oídos durante unos diez días y vamos a celebrarlo . Y eso hicieron chocando las musicales copas de cristal de Bohemia que acabaron con las tormentas y acallaron los oscuros presentimientos sin todavía atreverse a abrigar una real esperanza .

CAPÍTULO 2 :Sala de espera

La placa dorada indicando la consulta del buen doctor brillaba tanto al sol de la tarde que casi cegó al capataz que acudía por enésima vez allí ,con otro obrero lesionado. Llamaron al porterillo , les abrió la asistenta y les indicó dos asientos en la sala de espera .El ruido del timbre ,el crujido del parqué pisado por los zapatos de seguridad de los recién llegados, se elevaron hasta el silencio y la penumbra del dormitorio de la segunda planta que pese a las contraventanas cerradas aparecía atravesado por rayos de luz que la sacaron de un sueño ya frágil. Se estiró bostezando y en un salto, bajó la escalera . La sala de espera estaba ya llena cuando ella entró. Una quincena de pares de ojos ,sentados en sillas plegables suecas alrededor de la estancia , la apuntaron nada más abrir la puerta y pasar el umbral .Al buen doctor lo respetaban y hasta lo querían todos, desde la izquierda hasta la derecha ,desde las dos parejas de ancianos que se habían vestido de domingo y bañado como antes de ir a la iglesia a escuchar al cura, hasta la madre de familia numerosa con el último de su prole colgando de una teta estriada e hinchada, regañando a sus tres hijos mayores que balanceaban las piernas, el más largo dando patadas a la mesa de centro, donde se amontonaban revistas de moda y cotilleos arrugadas por los años , pasando por los últimos en sentarse : el albañil con la mano herida cubierta por un paño que una vez fue blanco ,maculado de sangre ya reseca, acompañado por su impaciente y contrariado jefe que no paraba de magullar que lo de ellos era una urgencia , siguiendo por un granjero de mediana edad y botas de agua con su rubicunda y esférica esposa embarazada embobada en la lectura de un artículo sobre la vida sexual de un actor famoso , y terminando por ,un poco apartados ,sentados en las butacas de piel y acero y en el viejo Chesterfield, la familia de los industriales del pueblo ,él vestido de ropa de montar a caballo ,igual que su hijo quinceañero , ella elegantemente flaca, fea y altiva ,segura de su rango, flanqueada de sus dos adefesios de mellizas engendradas in vitro, las tres bizcas y narigudas arrancando páginas de consejos de maquillaje y peinados de una revista .

Sintió como si la tocasen tales flechas de curare las insistentes miradas que dispararon los pacientes al verla irrumpir en su relación con el buen doctor . Pobre hombre .Ella iba en camisón y bata a modo de kimono , el pelo suelto y enredado, con ojos y gestos de recién levantada , a las tres de la tarde . No había derecho , él matándose a trabajar hasta haciendo guardias los fines de semana para mejorar los fines de mes .Saludó, chocó su mirada con la del caballero de la butaca que le estaba negando a su hijo el regalarle caballo propio antes de la mayoría de edad , lo miró otra vez y touché, cogió con un leve temblor una revista al azar y salió pidiendo disculpas por las molestias .

Cuando cerró la puerta y volvió a su dormitorio escuchó los reprobatorios y hostiles comentarios de los pacientes de su marido . Empezó a hojear la revista , mirando las fotos sin leer apenas los artículos , y su mente empezó a vagabundear quizás porque ya la había leído ,quizás porque ya había encargado un vestido copiado de una foto que acababa de reconocer y que había olvidado ir a recoger, quizás porque la mirada de aquel hombre que ya había visto de lejos alguna vez le había despertado demasiado .

Los pacientes tenían razón , ella no encajaba con aquel bonachón médico de campiña en ese pueblo llano teñido de desidia .No encontraba su sitio , no quedaba asiento para ella en esa sala de espera .No había sitio para su enfermedad en la consulta tampoco . Cuando ella había dejado las montañas Urales para casarse con un médico parisino, sus amigas que solo anhelaban irse incluso mediante matrimonios con granjeros televisivos buscando esposas, le habian tenido envidia . Qué diferencia y qué ironía , la vida tiene un sentido del humor caustico , él no se llamaría Charles ni ella pensaría terminar su matrimonio a base de matarratas, antes de haber obtenido los papeles ,pero su existencia distaba mucho de la que publicaba en sus redes sociales con fotos sacadas en los semanales días de shopping capitalino.

Sabía también que volver a la sala de espera para cruzarse de nuevo con aquel caballero sería un mal remedio a su decimonónica dolencia , pero la tentación era fuerte , y unos minutos más tarde se encontraba en el pasillo camino de la consulta ,duchada ,vestida , peinada , maquillada y perfumada . Sabia que la odiarían más aun , su belleza y su indecente juventud eran una provocación al mortal equilibrio de ese lóbrego pueblo .

Abrió la puerta , se había ido la mujer de fecundidad desenfadada con toda su descendencia y en su lugar estaba un joven ,hijo de los panaderos que estudiaba derecho en la capital .Esta vez hizo una entrada magistral ,de tacones altos y carmín en los labios , moviendo su cuerpo grácil al compás del hilo musical que se escuchaba en la estancia . Buenas tardes , dejó la revista en la mesa , ya la había leído soltó con tono de disculpa pero se plantó en medio de todos como si de su público se tratara y al quitar un mechón de pelo que le caía en la frente dijo .¿A alguien le apetecería beber algo? ¿Agua ,un refresco , un café , un té? Ahora mismo le digo a la asistenta que les traiga algo . Se dirigía a todos pero solo lo miraba a él , imantada .Un expresso gracias dijo sin bajar los ojos tampoco . No se enteró de lo que querían los demás y salió decidida y conquistadora hacia la cocina donde encargó a la muchacha que llevase una bandeja con un poco de todo para todos y un espresso para el señor de las botas de montar . Tenía taticardia y la boca seca, bebió un sorbo de agua y respiro hondo.

Querida tienes que buscarte un ocio , hacer amigas, salir ,no te puedes quedar sola en casa encerrada todo el día así, mientras trabajo .

Tienes razón ,me lo he pensado , mañana me apunto al club hípico .

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