¿HUMANO DE CRIADERO O POSTORGÁNICO? SU LENGUAJE, CULTURA, SU ESENCIA

¿HUMANO DE CRIADERO O POSTORGÁNICO? SU LENGUAJE, CULTURA, SU ESENCIA

Guillermo Zazueta

27/11/2017

¿Qué se esconde tras el ser humano? ¿Es acaso toda una intrincada relación cuerpo-alma, materia-esencia? Se puede decir que desde que se es hombre, la naturaleza de este ha sido pensar, preguntarse, y en esas constantes interrogantes nace la duda sobre uno mismo, surge en la completa soledad de verse rodeado por seres tan parecidos, pero a la vez diametralmente opuestos, la pregunta por nuestro ambiente, una pregunta que desde esta perspectiva dote de sentido nuestra existencia en el momento.

Existe, además, la gran dificultad de entender el conocernos a nosotros mismos, pues las dimensiones de la manera en que suceden siempre están en el intercambio de nuestro cuerpo y nuestra mente, pues a pesar de que todas las reflexiones que podamos hacer siempre son elaboradas en nuestro pensar, también es cierto que nuestro cuerpo es el que se desenvuelve con los otros objetos.

De crearse algo que pretenda imitarnos, más que la pretensión, lo físico o las funciones, quizá lo más importante que debería emular debería de ser nuestra capacidad de pensamiento, y el siempre latente error que existe en ello, pues un ente que responda preguntas, toda clase de ellas y siempre acertadas diferiría de la propiedad misma del hombre.

Otra manera de verlo es que la capacidad sofista, al menos la de manejar el discurso, es una aptitud por demasía humana, pues aún sin tener una respuesta se busca conseguirla, se busca crearla, y aún en su aparente error, lo que debe de sobresalir no es el motivo de engañar, y de conseguir beneficios, pues una respuesta de esta clase, libre de intereses, debería ser de lo más valiosa.

Lo virtual en su sentido más extenso hace incluso alusión al lenguaje, pues en el momento de representar nuestras ideas en él, la mayoría de ellas no se encuentran en el plano de lo real inmediato, puede que se encuentren, o sean identificables en el plano de lo real, pero esto no necesariamente significa que lo sean, pues hay muchas que son maquinaciones del intelecto.

Un ejemplo es el de los libros, la llamada era de la información en que vivimos está plagada de esto, de cantidades impresionantes de contenido, que no pueden ser conocidos en su totalidad por un ser humano, pero no podemos negar que todos ellos han estado en las manos de alguno, no hay un solo libro que no haya sido leído por alguien.

Lo dicho anteriormente termina por llegar a la cultura, la dificultad de identificar la esencia del ser humano también se encuentra sepultada en dos mil años de pensamiento occidental, y al menos 10000 de cultura del hombre en general, ¿por qué? Es imposible negar que, durante gran parte del tiempo, todo proyecto de agrupación humano ha apuntado, sino es que se trata de un requisito obligatorio, en modificar y cerrar la esencia del hombre en una controlable por la institución a cargo. Hay un precio por pagar a cambio de la comodidad de vivir dentro de la sociedad, al menos en la que se ha venido creando desde la era medieval, es el de no pensar.

Quizá el atentado más grande no sea la clara y necesaria modificación que existe (y existirá) en el crecimiento de los hombres, sino el condenarlos a una existencia inauténtica, la domesticación del hombre se encuentra cifrada en su sedentarismo, la clásica frase, “al pueblo pan y circo”, nos recuerda que, a pesar de nuestras increíbles capacidades, siempre podemos ser sometidos por lo más banal.

Existen dos cosas, que al menos desde esta consideración le quitan al ser humano su esencia, y si no es así, con plena seguridad le hacen más difícil encontrarla, que son el quitarle su finitud, volverlo inmortal, y removerle su capacidad de razón disfrazándola con tanta información que le hace creer que estás pensando algo, que realmente busca respuestas.

Hay algo que habrá aun si estas dos cosas son hechas a un lado, el ser humano es una esencia consciente de sí misma, una esencia pensante, y la distingue el mismo carácter dubitativo que en cierto momento de su historia lo hizo alejarse de los otros animales, esa misma duda es la que lo mantiene íntegro, y mientras no la pierda puede ser considerado humano.

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