Nos preguntan hacia dónde se dirige la escritura digital, como si supiéramos la respuesta. Entre cientos de participantes, ¿será posible que solo uno tendrá la respuesta correcta?

La escritura ha transcendido a través del tiempo de tal manera que ya no podemos vivir sin ella, de modo que usamos todos nuestros recursos para llegar a ella, para destensar los dedos y despertar la imaginación.

El ser humano es complejo y contradictorio por naturaleza. Utiliza la tecnología para crear cosas grandiosas, que terminan ayudando al mundo, pero al mismo tiempo, el ser humano se queja de que la tecnología nos está descarrilando, provocando que nos perdamos y alejemos de nosotros mismos, sin embargo, como muchos dicen, no podemos vivir sin ella.

En fin, pensando de forma irónica, la escritura digital no irá a ninguna parte, porque a fin de cuentas, está bajo nuestro control. Está allí para cuando la necesitamos, pero no es un recurso vital par vivir.

Lo rico de vivir en un mundo plagado de tecnología, es tener todavía la capacidad de apreciar y hacer uso de los viejos hábitos, como el lápiz y el papel, o la maquina de escribir. En mi opinión, mientras más viejo y antiguo se vuelva, más interesante y dichoso se vuelve el objeto, el lugar, la historia, entre otras cosas. Lo rico es darse cuenta que los medios no son capaces de influenciar a la masa en un cien por ciento; dichoso es ser uno mismo en las cosas que más te apasionan.

He de ser honesta, que la existencia del computador como instrumento para escribir me ha facilitado en muchos ámbitos, porque de ese modo puedo escribir sin perder la idea, pero al final, siempre será algo superficial, algo que no dirá nada de uno mismo, al contrario de como sucede cuando se escribe de la manera tradicional: lápiz y papel. La forma de las letras, zurdo o diestro, ladeada o redondeada…

Muchos podrían decir que escribir más de sesenta mil palabras a mano es una locura y una perdida de tiempo, pero la verdad, es algo reconfortante, un esfuerzo que valía la pena para encontrarme a mí misma. Así lo hice con el libro que estoy escribiendo actualmente, ya pasado a word y avanzado a las cien mil palabras. Comencé escribiendo a principios del año 2016 como una vaga historia solo por estar aburrida, y esa corta historia se transformó en dos cuadernos usados completamente. El trabajo arduo fue pasarlo a computador.

A lo que quiero llegar, es que no importa a lo que recurras, sea con tecnología o el modo al estilo Edad de Piedra, lo hagas con pasión. Porque Google seguramente seguirá existiendo, pero, ¿el papel? Eso depende de nosotros.

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