Elisa y Paula son dos amigas que se reúnen diariamente a las 6 de la tarde en una cafetería del barrio para merendar y, de paso, más importante, mantener una conversación sobre temas acontecidos durante la jornada.
No obstante, este día de Noviembre algo invernal, la cafetería está a tope. Se fijan en las mesas de al lado, y en lugar de tazas de café, lo que sostienen en sus manos, son los dichosos móviles. Que si mira este whatsapp, ahora la mayoría con las banderitas y haciendo alusión a Puigdemont, lo que les hacía entrar en profundas carcajadas.
Tenemos que distinguir desde el siglo XV, lo que ha cambiado la escritura, primero se escribía en piedra y tablas de arcilla, después la belleza de los rollos de papiro hasta llegar al papel. Con los rollos de papiro se llegaron a hacer verdaderas obras de arte, gracias a calígrafos y miniaturistas.
Los reyes de la edad media firmaban las leyes con una cruz.
Con la llegada de Gutenberg en el siglo XV, se hizo un gran descubrimiento. Desde entonces hasta nuestros días lo que podemos apreciar con los inventos digitales.
En aquella época los inventos iban muy despacio, mientras que en nuestros días todo lo digital va a una velocidad inexplicable. Recuerdo de colegiala, la importancia que se le daba a la escritura, nos pasábamos horas haciendo letras de todas las formas y estilos. Hoy no acertamos a escribir con bolígrafo, pues nuestros dedos se han acostumbrado a las nuevas corrientes.
¿Te acuerdas Elisa cuando íbamos a la oficina y nos tocaba pasar un montón de horas tecleando la Underwood ? Si claro que me acuerdo Paula, y todo lo que teníamos que aporrear aquel teclado tan duro.
– Elisa- Pero mira yo pienso que gracias a esta underwood, nuestros dedos están ágiles, no tenemos ni un ápice de artritis.
-Paula- Es verdad las dos podemos presumir de manos ligeras.
-Elisa- ¿Te acuerdas cuando nuestro director encargó una remesa de máquinas Hispano Olivetti? al principio nos parecieron maravillosas, ágiles, ligeras.
-Paula- Después llegaron los ordenadores, ya éramos mayores cuando nos metimos en este nuevo invento, pero con algo de sacrificio lo conseguimos. ¿Te acuerdas qué simpático era el profe?
-Elisa- ¿Y qué me dices de la presencia del ordenador en casa? Queremos saber más de lo que nuestro pobre cerebro nos dicta, metiéndonos en google para que nos aclare todas las dudas que tenemos.
-Paula- Gracias a esta maquinita podemos sacar las entradas para el cine, los billetes de avión, llevar nuestras pequeñas cuentas, como va tu pensión, nos avisa de las citas con los médicos, etc.
-Elisa- Ya ni a ti ni a mí nos quedan años para pensar en el futuro, pero en mi imaginación pienso en los hombres robots.
-Paula-Sabes que te digo que me gustaría quitarme 20 años de encima y poder apreciar estos movimientos.
-Elisa- Pero tienen que ocurrir muchas cosas para destituir al cerebro humano, porque ¿quien dará las órdenes a las máquinas?, habrá más soledad de la que ahora tenemos, porque tocar un muñeco de plástico no me da la suficiente satisfacción como carne humana, aguantar los malos humores, que se equivoquen muchas veces, que me cuente sus dolores físicos y morales.
-Paula- En fin que para algunas cosas les irá bien, pero para otras cómo será?
-Elisa- Y no hemos comentado del video digital para hacer películas, el escáner para digitalizar todo tipo de imágenes, el micrófono para ampliar sonidos, la tableta gráfica, el lápiz óptico, la cámara de video.
-Paula- Sabes que se nos está enfriando la taza del café y la tostada? Claro no hemos parado de hablar. A lo mejor, dentro de unos años sacarán algo para que se conserve calentito, como los pies que los tengo helados.
FIN
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