Panza de Buda
No aguantaba más quedarme escuchando. El frío abrillantaba la calle y las veredas. Las observaba desde mi habitación, clavada la vista en la ventana. A esas horas la llegada de Panza de Buda producía más bullicio que de costumbre, porque todo permanecía aletargado. Hibernaban los árboles y todas sus criaturas y solo se oía zumbar...