Despertar a la realidad
De repente, todo mi mundo se volvió patas arriba. No entendía por qué, ni qué sucedía. En ese momento, dejé de ser niña y me adentré en los horrores del mundanal ruido, con todos sus horrores, repito. Largas filas junto a mi madre para conseguir alimentos que repartía la Alianza para el Progreso, los soldados...