Magdalenas con pepitas de chocolate
El aroma a magdalenas recién hechas le arrugó la nariz. Nico se deshizo a toda prisa de su mochila y corrió tan veloz como le permitieron sus diminutos pies. Como cada tarde después del colegio, su abuela lo estaría esperando. Era, según le había oído decir cientos de veces, la luz que alegraba sus quejumbrosos días. ―¡Abuelitaaa!...