Lágrimas de potrero
Se levantaba temprano. Un mate cocido y a la escuela, esperando la leche con pan, la hora de los cuentos y el recreo para jugar a la pelota. Los partidos eran contra los del otro quinto o contra los más grandes. Joselito jugaba a ser Julián, “la Araña”. Por la tarde, descalzo, iba a la...