¿Vida más allá de la muerte? (Sociedad: vida cotidiana en el futuro)

Imagen promocional Google World

El pasado jueves, Jürgen Kramer, berlinés de dieciséis años, falleció en su propio domicilio. Muerte súbita, determinó la autopsia. Hasta aquí, dentro de lo extraño de la causa de su muerte, no pasaría de ser un suceso anecdótico si no fuera porque esto aconteció mientras estaba conectado a Google World y su avatar, lejos de desaparecer, ha seguido recorriendo las calles virtuales como si nada hubiera ocurrido. Varios amigos tuvieron contacto con JK2034, nombre de Jürgen dentro de Google World, horas e incluso días posteriores a la muerte física. JK2034 hasta llegó a realizar diversas compras en tiendas virtuales. Éste es el primer caso documentado y genera muchas preguntas: técnicas, legales e incluso filosóficas.

En 2035 Google lanzó la primera versión de Google World, una evolución de su ambicioso Google Maps donde se recreaba toda la Tierra en un entorno virtual. Después de muchas luchas legales consiguió que cada usuario pudiera aportar zonas privadas a Google World. Actualmente, se calcula que en toda la Tierra menos de la superficie de un campo de fútbol escapa a su reflejo en este mundo virtual, aunque el acceso a ciertos lugares sea igualmente difícil en ambos lados de este espejo mágico.

Sin embargo, el gran paso llegó con On World, un dispositivo de uso individual que permite que nuestra consciencia se desplace por este mundo sin movernos de nuestra propia casa con sólo desearlo y estableciendo dentro de él todas las relaciones que teníamos en el mundo exterior.

En estos momentos, la GWP, organismo encargado de velar por el cumplimiento de las normas en Google World, tiene retenido a JK2034 a la espera de la decisión de una comisión de emergencia que se ha formado para abordar la situación. “Es un escenario que no estaba previsto y que debe tratarse con suma importancia”, ha dicho John Vedder, desarrollador jefe del proyecto Google World. Además de él mismo, dicha comisión está formada por dos programadores informáticos ajenos al gigante estadounidense, dos teólogos, y Terry Hedfield, representante de la ONU. “Nuevas situaciones, requieren nuevos tratamientos”, ha posteado el propio Hedfield.