El suero de la bondad (Ciencia y Tecnología)

Se vislumbra al fin una esperanza para la humanidad, o al menos para este país  nuestro desde el que escribo. Tras décadas de gobernantes corruptos que han llevado la desconfianza y la  desilusión a  los ciudadanos, parece que la ciencia ha encontrado la llave que puede hacer realidad el más utópico de los sueños: una nación con políticos honrados y al servicio de los demás.

Un equipo de investigadores de la Universidad de Granada  ha confirmado lo que sería el mayor descubrimiento para el beneficio del hombre desde la invención del fuego. Se trata de un compuesto químico que inyectado en el cerebro del  sujeto consigue mejorar sus  cualidades personales de manera que la generosidad, la empatía, el altruismo, la filantropía, la lealtad e incluso la amabilidad y la benevolencia pasan a ser propias de su conducta habitual para siempre.

Tras diez años de estudios en el  laboratorio y numerosos experimentos con ratones, los científicos comprobaron que si se inyectaba esta sustancia, llamada  GF (Good Forever) en especímenes de naturaleza agresiva y se les ponía comida a su alcance, lejos de luchar por obtenerla, los roedores se cedían el paso unos a otros o la compartían amigablemente. Y esta característica  se mantenía  durante toda su vida.

La segunda fase del experimento se completó con la participación de una docena de voluntarios a los que se les inyectó una pequeña dosis de GF. Durante los cinco años de seguimiento, tanto  los participantes como sus familiares más directos fueron evaluados periódicamente  y  los resultados revelaron que en todos los casos el carácter y la conducta de los sujetos había mejorado notablemente. Dos de ellos habían fundado una ONG y otros tres habían donado todos sus bienes a instituciones necesitadas.

 “Podemos afirmar que hemos dado con la piedra filosofal que convertirá al ser humano en la mejor versión de sí mismo, y  hará de este mundo el lugar en el que siempre hemos querido vivir”, afirma el doctor Gaya, director  de la investigación y miembro de la Academia de Ciencias por la Vida.”Ahora solo falta que los políticos permitan que se la administremos”.