El hombre humano, un mundo sin ego

Recordáis: cuando a finales del siglo XX,  cada vez más desconectado de nuestra  existencia. La masiva información a través de los menos de comunicación, redes sociales, ritmo de vida, cultura, religión… no dejaba de alejarnos de nosotros mismos, éramos esclavos y adictos a esa vida que nos habían hecho creer.

A día de hoy puedo decir que ha empezado un nuevo ciclo, una nueva fase. Volviendo a la esencia, al origen de la vida y del amor natural.  A reflejarnos en  las personas como en  nosotros mismos. A empatizar con todo lo que nos rodea, a querer cuidar nuestro entorno, nuestro mundo, nos hemos dado cuenta de que hay que hay apreciar el universo y no a destruirlo , si no hacerlo más generoso. Empezamos a  valorar lo que tenemos, queriendo ser una estrella más en esta galaxia, para llenar de vida! Lo que decíamos como una utopía, ahora lo queremos y lo hacemos.

Observando de nuevo, los astros, la naturaleza, para evolucionar de una manera más llena. El estar en contacto con todo, nos hace más humanos, nos hace únicos en lo que damos. Gracias a un cambio de pensamiento en todos nosotros, gracias a eso hemos podido revindicar el mundo como si todos fuésemos uno, de una vez por todas.

Como decía Masaru Emoto  ¿si un pensamiento puede hacer eso en una molécula de agua, que pueden hacer nuestros pensamientos en nosotros?

Después de grandes estudios sometidos, la naturaleza y la ciencia nos ha vuelto a dar la base de por lo que estamos aquí, sin plantearnos nada más que crecer, cultivar y cuidar.

La física quántica ha avanzado mucho en los últimos años, y por fin hemos visto la realidad. La composición de los pensamientos, eso es lo único que puede salvarnos, que puede salvar el mundo. 

Después de una lluvia masiva durante 7 días en todo el globo terrestre a hemos

 llegado a ello…

Gracias a dios o a quien haya sido!