25 años de Ley Coolidge (Sociedad)

25 años de Ley Coolidge (Sociedad)

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16/05/2015

Desde que en 2025, en el cénit de aquellos cuerdos años 20, Coolidge enunciara su famoso discurso-y posterior ley homónima, han pasado ya 25 años. Cuestionada en sus inicios, dicha ley, que obligaba a las mujeres a reproducirse exclusivamente a los 17 y a los 25 años para garantizar la estabilidad Empresarial, tuvo unos efectos innegablemente beneficiosos en la economía. No hizo falta esperar, sin embargo, para que la ley Coolidge gozara de amplio respaldo por parte de los empresarios del conglomerado E.S.P.Ñ, por entonces “estado español”. Lejos quedan aquellas protestas iniciales, sumidas en nostalgia vigesimónica, pidiendo que las mujeres decidieran su calendario reproductivo, incluso por encima de las necesidades económicas. Dicho planteamiento, a todas luces naïf a día de hoy, cabía en un tiempo donde aquella única empresa, “estado”, generaba una impresión de homogeneidad entre habitantes, sin distinción entre empresario-técnico. En los años previos a la Ley Coolidge ya se intuía, sin embargo, que las mujeres rara vez alcanzaban puestos de responsabilidad, e incluso escogían puestos técnicos, pese a la necesidad social de crecimiento económico, para poder reproducirse de forma espontánea. En justicia, es preciso aludir al escaso nivel de conocimiento económico de la población hasta la disolución del antiguo “sistema educativo” y la creación de los programas formativos cuna-oficina. El fracaso estrepitoso de las políticas de “conciliación”, término por entonces exento de las actuales connotaciones jocosas, preparó el terreno para Coolidge y el resto de post-cientificistas de su generación. Coolidge, que comenzó su carrera como periodista y bloguero, saltó a la fama como el catalizador del movimiento masculinista, que estableció las obligaciones para con la empresa de los habitantes, culminando la reorganización formativa de los técnicos liberando a la empresa de ausencias engorrosas al recaer el mantenimiento doméstico en las menores de 17 años, inútiles para otra tarea por su escasa formación, y al poder prever las desapariciones de las mujeres fértiles. La bonanza financiera de E.S.P.Ñ. nos permite soñar con los beneficios que aún tenemos por ver en los próximos 25 años, en una sociedad por fin dispuesta a crecer y a dominar el siglo XXI. 

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