Al bajar del tren, tardé un poco en asimilarlo, era una sensación nueva y extraña, algo nostálgica pero liberadora a la vez, no estoy en mi casa, y eso me lo susurran esas montañas que jamas he visto y esos edificios que desconocía de su existencia. 

Quien diría que mi vida cabe en una maleta y mi vieja mochila, es un poco fuerte si lo veo de esa forma, aunque recuerdo en lo que dejo atrás: familia, amigos, profesores, recuerdos, sentimientos de alegría y de tristeza, noches de desvelo, chistes, juegos… no, no todo eso cabe en una maleta y una mochila, Ojalá estuviese aquí de viaje solo por unos días, pero no…

Escape de allí, no quería, pero debía, ese lugar que llame hogar se caía a pedazos poco a poco, salí por mandato de mis padres, no quería, que viviera en un país donde la muerte era el desayuno y la corrupción la cena; ellos un día sacaron de un escondite mucho dinero que tenían ahorrado, me dijeron que lo usara para salir del país, decían cosas como «sal, vive tu juventud», «no te preocupes por nosotros, estaremos bien», «hazlo, por tu futuro» mientras, no podía evitar que mis lágrimas cayeran al suelo.

 Y con ese recuerdo en el corazón, emprendí mi viaje a otras tierras, y al fin llegue, a la izquierda mi maleta, la mochila a la espalda, y en la derecha, un corazón lleno de sueños y esperanzas, que se representaba en dos fotos, una de mis padres, y otra que me dieron mis amigos cuando me despedí de ellos, ambas en físico.

Al salir de la estación, se me eriza la piel, es todavía es mucho que procesar para mí, tanto que procesar en tan poco tiempo. Pronto veo una mano levantada saludándome y llamándome por mi nombre, Era Daniel, un tío materno, éramos algo cercanos, pero, por los mismos motivos, se fue del país. Hace una semana le hablamos de si podría irme a vivir con él, por lo menos un tiempo, para establecerme y luego conseguir un lugar propio, no me gustaría ser una carga para nadie.

–¡Tobias!¡Que bueno que estes bien! ya estas aquí, mira a tu alrededor, bienvenido a estas nuevas tierras –Dice con su gran sonrisa, intentando animarme.

–¡Tío! antes de nada, muchas gracias por darme alojamiento, sin ti, no sabría donde hubiese ido –Respondo con la misma esencia de él, que nunca cambia a pesar de los años.

–Cualquier cosa por alguien de la familia ¿no? vamos, quítate esa tristeza, vamos a mi casa para que dejes esas maletas.

Al llegar a aquel hogar estaba mi primito José de tres añitos y a la esposa de Daniel, Cynthia, que me recibieron con abrazos y cariño.

–¡Mira que flaco estas! ¡y que alto! –Dice Cynthia, la esposa de mi tío desde hace casi doce años, y que siempre ha estado al pendiente de mi crecimiento.

–Tú también has cambiado desde la ultima vez que nos vimos –Digo y sonrío – me alegro verlos de nuevo.

–Bueno, comamos, ya la cena debe de estar lista, y tú debes de estar cansado, si quieres acuéstate y descansa. mañana te enseñaré como es la vida por aquí. –Dice Daniel y empieza a servir la comida.

–Muy bien.

*

llegada la noche, después de explorar, y visitar varias partes, volvimos a la casa exhaustos.

–Vamos a sentarnos, me esta matando la espalda –Dice Daniel señalando el sofá a lo que yo asiento. – Y bueno, que piensas sobre el viajecito que te dí.

–Muchas gracias por acompañarme, me hubiese perdido seguro –Tomo unos segundos y sigo – me parece interesante como la cultura de aquí es muy distinta a la de donde venimos es como dice mi madre «la vida en otras partes parecen otro mundo, un lugar muy distinto» , y realmente no estamos muy lejos, viéndolo desde otro punto de vista, aunque extraño a las personas de allá ¿sabes? y también a mis amigos y a mis padres, aunque me conoces y sabes que yo quiero explorar el mundo, pero… me siento obligado a salir de donde nací por cosas las cuales no tengo la culpa, ni yo, ni los demás que iban en el mismo tren que yo.

–Te entiendo, yo me sentía así, desde que llegue, bueno, mas o menos, Tenia a Cynthia y a Joseito, ellos estuvieron para mi asi como yo estoy para ti, para dar apoyo, para recordar el porqué haces las cosas, y en este caso, por quien haces las cosas, quise que Cynthia fuese feliz y que el niño creciera sano y fuerte, y sabía que allá iba a ser imposible, y tu Toby por qué estás aquí? tranquilo, no me tienes que responder si no quieres, sólo quiero que lo pienses y decidas que quieres hacer. –Responde muy sabio, muy lo había pensado de esa manera, era también uno de los pocos momentos que he visto serio a mi tío, comúnmente es muy bromista, no sabia que pensaba de esa forma. –Y que los extrañes es normal, significa que tienes sentimientos.

Pasan unos segundos de silencio, hasta que mi tío lo rompe

–Bueno, te lo dejo de tarea, ya mañana es lunes y son casi las 10 PM, buenas noches Tobias. –Dice dirigiéndose a su habitación

–Hasta mañana tío, lo pensaré, buenas noches

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