Tenia ya mas de 25 años viviendo en San Pedro la laguna, Solola, Guatemala. Después de que el negocio de mis papas se viniera a la ruina, no tuvimos de otra que dejar el pueblo y tener que trasladarnos a la ciudad. Cuando íbamos saliendo  voltee a ver una vez mas aquel imponente lago que siempre me acompañaba por las tardes después del colegio y de mis despechos amorosos. 

En el transcurso del camino con la mirada abatida de mi padre y la sonrisa fingida de mi madre tratando de calmarnos. Llega a mi mente todos los recuerdos que alguna vez tuve en aquella casa a la orilla del lago y del miedo que tenia de poder encontrarme con serios problemas en la ciudad. ¡No teníamos de otra! ¡Todo se había acabado! ¡Me sentía inútil!. No puedo hacer nada para ayudarlos aun estoy a las ordenes de ellos y no puedo dejarlos solos. Quiero salir corriendo tomar mi bicicleta e ir a tirarme con todo y ropa a la orilla del lago. No entiendo por que la vida tiene que portarse así con personas que ya han dado todo y que sin mas les sacan de sus tierras.

¿Quien mas que la sociedad y la economía? ¿Quien mas que la envidia y la desgracia?

Cuando llegamos a la ciudad empezamos a desempacar y poco a poco, se iban acomodando las cosas al nuevo hogar. Si es que se le podía llamar así, aunque después de mas de 5 horas las cosas no lograban calzar bien, y es que no calzaban porque nada era de ahí, ni los muebles, ni los cuadros, ni la caña de pescar, ni siquiera nuestros corazones y nosotros mismos.

Al día siguiente ocurrió algo que nunca habían presenciado mis ojos, mi padre llego borracho tirando todo a su paso alzando la voz en contra de nosotros y reprochándonos del porque sucedieron las cosas porque no había hecho un esfuerzo mas para poder levantar aquel negocio, que habían perdido sin mayor esfuerzo en aquel pueblo.  La felicidad y la unión han cambiando en nuestras vidas, después de ya mas de 8 meses de escuchar el ruido de los carros, respirar el humo de las industrias y no concordar con esta vida en la ciudad tan muerta de día y tan viva de noche. Es así como las personas pierden su alma es así como los niños pierden los sueños y los jóvenes pierden la pasión, sin mas preámbulo hemos tenido que salir de aquel bello pueblo hemos tenido que darle la espalda a aquel lago que tanto nos acogió en sus olas tan mansas. Una familia mas, un sueño mas, un joven mas destruido en esto mundo basto de decisiones mal tomadas a causa de lo que yo creía algo pasajero. 

Hasta el día de hoy ignoraba que aqueas decisiones tomadas por mis papas no eran mas que medidas para protegerme. Ya que aquel negocio que dirigía mi madre y mi padre era el de salvaguardar la vida del lago y luchar contra una industria química que quería desviar sus ríos. Hoy en el funeral de mi padre le han venido a agradecer por su lucha después de 6 años. El pueblo a ganado y con mucha emoción podemos regresar de nuevo a aquel bello lago, en donde sin mayor reflexión seguiré los pasos de mi papa. ¡Una vez mas puedo verte bello lago, una vez mas estoy ante tu presencia, después de aquel  sacrificio que nos has pedido hacer!. 

Lago de atitlan solola.

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