No es la típica historia es la realidad, pero una realidad que se convierte en el pan de cada día una crisis sin cesar, ese punto final lo veo muy lejos, sabemos que Colombia para muchos es es el punto de mira por el estigma que tiene de la época de violencia y drogas una marca que tenemos todos al salir del país, la historia habla por si misma, que podemos decir, solo que intentamos mejorar esas cicatrices y hacer un aprendizaje aunque otros sigan ahí, la crisis que vive nuestro vecino país nos ha traído un punto de quiebre para los que tenemos que sobrevivir con un trabajo asalariado, ahora ese porcentaje de poder tenerlo disminuye, los miles que vienen no tienen la culpan vienen buscando una mejor calidad de vida pero llega el momento en que no es momentáneo si no permanente, para muchos es la escala al sueño americano otros hacen su vida aquí o en otros países cercanos, sí en esos que para muchos son de tercer mundo, no tienen comida y sufren por inmigrar a otro país, dejan sus hogares, sus familias, sus amigos, la tienda de la esquina donde compraban la leche para el desayuno, es la resistencia del ser humano para pelear contra la adversidad? pues no sé, solo se que aunque muchos aman su patria tienen que dejarla sufrir lo que nunca sufrieron, soñar con volver a respirar el aroma de sus calles y sus casas, para esos que continúan el camino y luego olvidan porque eran muy, pequeños esos que miraron atrás para llevarse esa ultima imagen en el lugar mas profundo y esos que aun sueñan con volver.
cuando sales huyendo por la violencia y eres desplazado por la guerra, ellos sí que sintieron vacío en el alma, porque es así; un pedazo de casa y un puñado de tierra te hacia feliz? claro, porque eras tranquilo esa que sencillamente no se puede comprar y alejarte de tu vida humilde y sencilla pero llena a la vez e irte a otra ciudad u otro país donde para muchos es un sueño, pero para otros desde ese punto de «cruda realidad» ese sabor es amargo el valor de inmigrar y volver a empezar.
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