¡Pienso! que casi tuve que nacer de nuevo, pero ya grande, -aprender las costumbres-palabras, adaptarme a los sabores de la comida típica de la región, aceptar que la isla vive del turismo y que la tranquilidad brillaría por su ausencia, las actracciones son las bases para tener en auge al turismo ¡es el imán! siempre hay algo que celebrar o festejar, un mes corrido de bailes típicos de cada isla, otro mes de carnaval en las principales ciudades, aún no ha terminado, cuando ya están preparándose para la Semana Santa, y entre ellas las procesiones, las diferentes conmemoraciones, fin de año, año nuevo y reyes.
La inaguración de una miniplaza, un concierto por ser el día del pueblo, de la mujer, el trabajador ó lo que soñó la ¡mujer del alcalde esa noche!🤷🏻♀️ así es la vida en la isla, ese pequeño volcán, que con el correr del tiempo lo adaptaron para ser habitable, ése mismo, que abrió sus brazos para sostenerme cuanto me sentía derrotada.
Grandes cruceros llegan a la capital, y en los puertos pequeños, cantidades de veleros y yates, que defilan apasibles en las tranquilas aguas atlánticas, entre un envolvente color turquesa haciendo juego con el horizonte azul cielo, allí ése puntito de (tierra) visto desde el cielo y en ella misma, ¡un paraíso! entre tantos y sola a la vez, allí estoy.
Tumbada bajo un sol inclemente sobre tierra volcánica, que cortan como ojillas, ausente de palmeras y de ese aroma que surge cuando la mar, besa tierra firme.
Cierro los ojos y me inspiro a oler el océano virgen, la brisa fresca besa mi rostro, aliviando el ardor abrasador que me castiga, pero a la vez es excitante.
Me doy vuelta sobre mis pechos y observo a tantas personas disfrutando de lo mismo, huyendo de los países nórdicos y entregándose a las maravillas de la isla.
Sí, soy afortunada porque vivo en ella, y pienso! ¿cuando regrese a mi tierra cuna? ¿seré una extranjera como lo fui cuando llegue aquí? ¿seré una imigrante en mi propio suelo?¡esa tierra que comía, cuando estaba gateando!.
Que extraño suena, que inconcebible escribirlo, lo hago porque así lo siento, ahora después de tanto tiempo fuera de ella país natal, ya no la anhelo, ya es otro costal más del montón, me temo encontrarme, sin mis amigos de la infancia, del colegio, mis amores de adolecentes, ver otra generación con otro ideales, otras costumbres, maneras de expresarse y actual, me da miedo, sí, y no soy que se asusta por poco, pero es verdad que tengo ese sentimiento a flor de piel.
Sí, tuve que partir, con la idea clara que volvería, ¿pero cuando?….
Es la pregunta del millón.
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