Despedida

Camine contigo y nuestras manos entrelazadas sintiendo el calor que nos unía en ese momento mágico.

Recorrimos las veredas de baldosas flojas, llenas de hojas secas que al pisarlas generaban música en nuestros silencios.

Las flores de los canteros nos saludaron al pasar, el perfume de las fresias se confunden con el aroma de las rosas rojas y blancas que se esparcen por los canteros.

Aquellos canteros cubiertos de flores de todo tipo y colores y las piedras de los bordes les da un estilo distinto.

Las piedras brillan con la luz de la luna que se asoma vergonzosa entre las nubes y nos observa curiosa.

El viento hace correr las nubes y recorren kilómetros, se arman y forman arabescos en el cielo, apenas se aprecian las estrellas que brillan en el firmamento.

Mientras seguíamos caminando, contemplamos las estrellas había fugaces, las cuales nos indicaron pedir un deseo, también estaba la constelación de Orión, La Osa mayor, Las tres Marías, Las siete hermanas y otras más.

Todas ellas y la luna nos observaban curiosas, mientras seguíamos tomados de la mano proyectando un futuro juntos.

Aquel futuro, que tanto anhelamos nunca llego, se quedo en el tiempo, la vida trunco nuestros sueños, nos alejamos una tarde para nunca más volver a mirarnos de frente.

La distancia se hizo eterna, aun recuerdo tus palabras que quemaron muy dentro en lo profundo de mi corazón, quede como esa paloma herida, con sus alas rotas y sin poder volar; senti que me desgarraba por dentro, no quería que te marcharas, pero el destino estaba marcado entre los dos.

Sentía miedo, angustia y tristeza cuando me dejaste sola en el andén, el tren fue anunciado con dos horas de retraso, mis ojos inundados de lágrimas al escuchar tu adiós; la melancolía se apoderó de mí, no sabía qué hacer, estaba sola y desprotegida de tu amor, te marchaste sin mirar atrás.

El mundo se terminó para mi, ya no tendría el calor de tus manos junto a las mías, y el tren que tardaba en llegar, allí quedé con los sueños rotos, al igual que mi corazón.

¡ Oh cuánto dolor!  Mi alma quedó vacía, entre el bullicio de la gente que se agolpaba en el andén, esos abrazos que yo tanto necesitaba, un frío intenso recorrió mi cuerpo inerte, me sentí morir por dentro, entre mi nostalgia y desasosiego pensaba que quizás volverías a buscarme, fue solo un reflejo de mi aturdimiento, pero no fue así, te habías marchado lejos, ya no quedaban rastros de ti.

En ese momento me di cuenta que pensabas diferente, no nos parecíamos en nada, te marchaste sin mirar atrás, en cambio yo te vi partir y segui tus pasos, hasta que tu silueta se perdió entre la gente y fuiste solo un punto en la lejanía.

Atrás quedaron los   recuerdos, el olvido y también el desamor, pero no sé por cuánto tiempo llevaré tu imagen grabada en mi retina, es algo que nunca olvidaré porque te fuistes asi sin mas como aquella estrella fugaz a la que le pediamos juntos un futuro, el cual se truncó esa tarde que te vi partir.

Todo me recordaba a ti, los distintos sonidos que se mezclaron, el ruido de los rieles mientras el tren se desliza lentamente al salir de la estación, tenía un largo viaje muchas horas para pensar, no quería pensar en nada, pero el destino era así y sin darme cuenta mi cuerpo comenzó a temblar, sentí pánico, estaba sola en el coche la gente se dispersó en otros coches de menor categoría.

A través de los cristales de las ventanillas veo que no quedaba nadie en la estación, había emprendido mi viaje a tierras lejanas, me esperaba una vida diferente; en cambio tu, tomaste la determinación de quedarte solo en la gran ciudad, no se si era la manera correcta, pero lo habías decidido hacía mucho tiempo.   

Deje todo en el olvido y no pude seguir persiguiendo mis sueños, quizás el tiempo curaría mis heridas, eran profundas parecía que tenía lacerado el cuerpo, estaba muy sensible y rompí en llanto desgarrador, que fue pasando de a poco y suavizando mi dolor.

Ya no más, no caminaremos proyectando el futuro, simplemente cada uno de nosotros tendría una vida diferente, tomamos distintos destinos, tu decidiste tomar otras manos, pero el tiempo te hizo comprender que estabas equivocado, que nadie te amaría como lo hice yo.

Mientras el tren seguía su ruta, mis pensamientos volaban; quizás la vida me diera otra oportunidad, no quería apresurarme, había sufrido mucho, tu adios destruyo mis sueños, quede vacía sin razón para luchar por algo imposible.

Tenía muchas horas por delante, me ayudaba a pensar con claridad. ¿Que nos paso? Nos amábamos tanto. ¿Donde fue a parar ese amor?

No comprendía nada. solo me deje llevar por el sueño al llegar la noche, el tren seguía su curso, dormí una horas  y cuando desperté me volví un ser triste y melancólico, ya nada era igual, no tenia tu calor, en un cajón quedaron las cartas y fotos de los dos, todo quedó en el pasado.

Ese pasado que me atormento por mucho tiempo. había pasado un dia y medio de tu partida, llegue a destino tome mi maleta y deambule entre la gente que bajaba presurosa a encontrarse con sus seres queridos, estaba sola nadie fue a recibirme, busque en mi bolso la nueva dirección de mi hogar, sentí morir en un instante, no quería estar sola, ese era el sitio donde pensábamos sería nuestro hogar y alli me encontre desprotegida una vez más. 

Un taxi me llevó por calles desconocidas para mí, pero debía continuar con mi vida, me prometí a mi misma no dejarme vencer por un capricho del destino, todo era novedad en esa gran ciudad, comenzaría con un trabajo nuevo y nuevas caras, hacer amistad con distintas personas, deje el pasado en un rincón.

Los años pasaron, sin remordimientos comencé a vivir mi nueva vida, no quedaban escombros del pasado, fui feliz a mi manera, tuve nuevas experiencias, pero no volvi a enamorarme, hice una vida de silencios y soledad, me encerré en mi misma, no quería volver a caer en las redes vacías o falsas de otro ser humano.

Pasaron  largos años, una tarde en que me encontraba con amigas, nos volvimos a encontrar, habías cambiado mucho, pero la expresión de  tu rostro era la misma, tus ojos delataron y me di cuenta que seguías enamorado de mi, no me habías olvidado.

Todo sería como antes, eso me dio fuerzas para rescatar aquel amor que guarda celosamente en mi corazón, el que nunca murió y conserve siempre porque nuestro amor fue, es y será eterno, los dos sabíamos como nos habíamos enamorado y las promesas que nos habíamos hecho años atrás.

Sin pensar, nos fundimos en un abrazo y nuestros corazones palpitaban fuertemente, el beso fue eterno, no habias olvidado nada, solo se había quedado dormido y despertó con más fuerza, sentí que volvía a vivir.

En ese momento debía volver al trabajo, no quería dejarte, pero quedamos de encontrarnos en otro momento, elegimos juntos fecha y hora para un encuentro amoroso, volvería a sentir sus abrazos como antes, mi mente me hacía sentir como en una nube, irradiaba felicidad, mis ojos tomaron un brillo especial al menos eso me dijeron mis compañeras de trabajo.

Un tiempo atrás, lo perdone de sus errores por dejarme sola sin ninguna explicación, todo había quedado en el olvido, quizás no lo pensó lo suficiente y se arrepintió muy tarde, pero había vuelto a buscarme y eso me devolvía a la vida nuevamente. 

Nuestras vidas volvieron a unirse, solo que debia ser mas precavida para no cometer los errores del pasado; estuvimos muchos años en contacto y un dia cualquiera cuando más lo necesitaba volvió a desaparecer, por dos años dejamos de vernos. ¡ Que equivocado estaba siempre! _ No podía entender que pasaba en su mente, debía hablar y preguntar porque esa tortura, pero todo fue en vano.

Volví a mi vida anterior, ya no quedaba nada de la mujer que fui alguna vez, la tristeza se apodero de mi, pero mis ojos estaban secos no podía llorar por alguien que se atrevía a hacerme la vida un desastre, no caí en sus redes nuevamente, solo me dedique a mi misma y me prometí que las cosas pasan por algo. 

Hoy por hoy, sigo intentando ser feliz a mi manera y no mirar atrás, dejaré que la vida se encargue de sorprenderme en su momento o cuando el tren vuelva a pasar, estaré lista para emprender un nuevo viaje.