Hoy es ayer vestido de mañana.
Y no pasa ná, mi amor.
Y no pasa ná.
Hoy bebo los frutos de tu alma en mi café con pastas,
conteniendo las sillas que quieren caer.
Y no pasa ná, mi amor.
Y no pasa ná.
Hoy me visto de tu amanecer sin cortapisas ni censuras,
sonriendo con la mano izquierda,
sin juzgar la pena.
Y no pasa ná, mi amor.
Y no pasa ná.
Hoy escurro mis preocupaciones con agua de mar y tiempo
para ver tender soluciones en el patio de atrás.
Y no pasa ná, mi amor.
Y no pasa ná.
Hoy remiendo las conversaciones pendientes para brillar,
vistiendo las palabras pérdidas de mi corazón.
Y no pasa ná, mi amor.
Y no pasa ná.
Hoy es hoy y no es mañana ni ayer.
Y no pasa ná, mi amor.
Y no pasa ná.
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