El ocaso
Madruga mi alma en éste incasable caminar, en la nostalgia contada por los cercanos y vivos
ancestros.
Sé que todo es naturaleza, que la vida y lo otro se vuelven una, que la pasión que encarno
es un engranaje que ayuda a equilibrar tanto caos, tanto insomnio, tanto hedor.
Quisiera tantas veces, como ayer, como hoy, dar un vuelco a la humanidad, pero no puedo, redacto
cartas en mi alma y las leo sólo yo.
Madruga mi alma con esperanzas, con arrugadas cartas de amor, sólo el intrépido sentido de buena
intensión asoma detrás de éste ser que empuja mis pasos, pero el camino sólo es uno.
Tantas otras veces lo dije y tantas otras noches callé. Transpiré esperanza en la apagada luz de mi
lugar, crié nostalgias que ya limpié, puse énfasis en el amor, en el arte, pero nada eso sirvió.
Encaramo
los riscos mas pedregosos de la conciencia humana. El delirio del amor y lo factible que es.
Cuantas horas sollozando, las páginas verdes, la humedad en mi aldea. Mi ruco y mis árboles como
cada día, abrazando, recibiendo y percibiendo un bien estar, una brisa, una dicha, una esperanza.
Cierro la puerta de mi conciencia y abro mis ojos, Mientras las policías apostadas en nuestra tierra
amedrentan esa tranquilidad inefable.
La muerte amiga del alma, incansable terapeuta del ciclo, abraza a la vida, pues ambas son parte
indisolubles de la existencia. La vida amiga del alma incansable guía del terapeuta abraza a la
muerte, pues ambas son parte indisoluble de la existencia.
Que dicotomía mas grande ho! vida, que espeluznante salida, las cárceles mentales ya no existen…y
sólo me encuentro respirando los rayos de un sol supremo, sincronizadas celdas violetas, márgenes
abatidos por el temblor de mi alma, arraigado de lo físico, y esperanzado en el amor, encumbro mi
violeta volantín de nailon fecundo que danza en las brisas de un silencio, un silencio sagrado, la agonía
de la muerte y su vida al mismo tiempo.
Me pregunto cuantos quizás he de repetir, las siembras como esparcidas esperanzas inquietan la
mano endeble del agricultor, esperando la cosecha, aquietando el tiempo presente, de la tierra
fructífera, noble y resistente.
Elemento ancestral,que nos alimenta que nos oxigena, mientras el sol abraza el contorno de mis ojos,
espero seguro, no hay quizás…sólo hay paz, quietud y templanza.
El puente
El camino del peregrino comenzó en aquel puente, en su perspectiva guiada por el pincel de la
existencia, ritualizada y cristalizada en los macro márgenes de ésta realidad. Comenzó sus pasos
callados, sumergidos en el silencio infinito de la calma,a la luz del alba un 3 de febrero de 1985,
descalzo inocente deslizando sus suaves manos por aquellas barandas vertebrales de aquel puente.
He llegado al final de la pasarela, una energía circular recorre mis amalgamas, una brisa risueña
danza moviendo mi cabello y las liras apostadas en éste lugar fecundo, éste lugar de aguas quietas
flamean en los verdes árboles que alimentan mis respirar. Me siento y callo, sólo callo y centro mi
respiración en tan único momento de dicha, de paz,de compañía junto a mí.
Se funden al unísono los hemisferios de éste lugar que habito, lo sórdido se vuelve música y el sostén
de mi cerebro se vuelve naturaleza. Proyecto mis brazos y envuelvo esa tranquilidad y callo, sólo callo.
El ojo
Me sumerjo en los plantíos de árboles, como quien se da un chapuzón cristalina aguas, sollozo de
alegría y bienestar, mientras callo, mientras vivo.
Mimetizo las cloacas de mi especie en tan embelesante mundo natural, del cual, soy parte, del cual
me hago parte, del cual soy responsable. Los árboles de mi alma comienzan a intercambiar polen y
que sé yo, mientras abrazo sin pestañear tan agradable flujo, tan agradable respirar, tan agradable callar.
Mientras callo, siento que todo va pasando, que los engranajes se vislumbran un poco más claros,
hay enfoque, hay atención, hay una flor. Observo el linaje sagrado de tan grandes seres y agradezco mientras
desvanezco mis cárceles mentales de la ciudad, en ésta mano tengo el sol y en ésta otra la luna, el
equilibrio es perfecto, danza con la igualdad del mar en aguas quietas y mantiene a flote las
concordantes aguas de mi entender.
Tan noble ecosistema en el que vivo, ojeroso y desapercibido en la ciudad, que tranquilidad ven mis
ojos, el fuego de mis sentidos se sumergen sin apagar ..los cántaros ensordecedores de la
contaminación, se callan, enmudecidos todo se vuelve más claro y conciso, retorno al lugar predilecto que bombea
delirios aceptados.
Hoy me vi
Hoy me vi , en tus pupilas negras resistí, ese encanto que dilató el vino añejo de un entonces. Hoy te
vi, en el drenaje de tus narices te sentí, como aquél atisbo de risa húmeda junto a mi pecho, el
mendigo de tus ocasos, el fusil de mi caída. Velenme! o queridos compañeros de penas resbaladas!,
velenme! queridos sosiegos del perdón!, del mástil encaramado en los encantos de un amor. Las
dichas de las tertulias vestidas de anís, vengenme ho! poderosos vaivenes sustentables, a la dicha, al
amor, el perdón, al olvido.
Catalepsia Voluntaria :
Mis tímpanos dan la campanada de iniciar, y me hago el muerto, sé que hay sol allá afuera…pero
también siento que me llevan…entre los pasos de un albergue en decadencia, logro percibir el polvo
en sus zapatos…sé que allá afuera hay sol..sólo debo abrir mis ojos…pero sólo tú estas en ellos,, los
pasos avanzan hacía mi descanso, hacia el ocaso,,hacía la redención de mi alma.
Trascendencia:
Inspira, vuelve, retorna al pasto verde, las cenizas perdidas de un ayer, hoy no son más que las hojas
de un árbol atardeciendo, las mugres se cristalizaron y se volvieron luz, encontré a aquel ser…no lo
pude resistir…era yo.
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