LAGO

Reflejo en penumbra

noche de plomo.

Acuchilla el viento entre juncos.

Rostro inerte bajo la lluvia.

Mengua la luna

en su boca de tristeza cielo.

Espiral de pájaros en guerra

cabeza durmiente.

Sueño inverso.

A tierra húmeda su voz huele.

A lamento de hielo.

Queman sus ojos la culpa

áspera piedra atada al cuello, 

del averno antesala.

En la inesperada quietud

de un salto, pez de oro 

fulgor en la bruma

como alegre tintineo

desvanece la muerte.

OASIS

Ángel a la espalda 

que alivia el dolor

soplando la nuca.

Bocanada de aliento

que a la pena enmudece.

En la esquina del mundo

silencio de baobab

rey del Universo.

Un mar de nenúfares

que devuelve esperanza

en la aciaga soledad.

Cuando el túnel acaba

rauda energía en la sien.

Puerta abierta en el páramo

a un valle de cerezos en flor

a una lengua que cura cicatrices

a un lago de garzas.

Echar raíces y saberse mortal.

En las oscuridad saltar desnudos.

Arrancarse las pupilas para ver.

Dormir entre incontables libros

buscando palabras que marcharon para siempre.

Mientras espera paciente el gato negro 

un bramido de agonía

para acudir en auxilio.

HORIZONTE

Azul en fuga, volante de nube

ligero murmullo de olas, floto ligera

libélula en estanque de loto.

Al otro lado de la Tierra

naranja efímero.

Música de céfiro, latido uniforme.

Con la mirada intuyendo el más allá

blanco sueño, susurro de cante.

Revolotea la orilla

trenza de cuerpos

frágil eclipse de espuma.

Y cae la tarde… Aroma a verbena

que adorna el crepúsculo.

Devenir en danza

como azucenas del desierto

en duna coral.

Camino al hogar, salvaje

ajena del odio

de lentitud tejida.

Estrellas en el pelo.

Me acuna la marea.

Casa abierta sin tejado

duermo a la luz de la vela.

Magnetismo de sal y arena

en la piel, febril abrazo

de la existencia.

SUR

Agua viva de peces

pinar, montaña.

Casa de luna

de las mariposas amante.

Bajo el mar, barco varado

vestigio de Odisea

que acompaña a cada pueblo.

Gorriones en la plaza

al arrullo de los abuelos.

Historia viviente.

Descalzo pescador de piel canela

caminando sobre agua virgen

tesoros de nácar a su paso. 

Como golondrinas sin nido

vuelan niños en la callejuela

a la caza del tiempo.

Solo los astros saben

de besos robados de juventud

en el cine de verano.

Estival fantasía, perfume a dama de noche.

Horas perdidas con sabor a encuentro.

FARO

Graznido en la negrura.

Onírico camino

abocado entre aguas

al acantilado silvestre.

Y al final de la escalada

caricia de labios, resplandeciente

bajo la pálida esfera.

LUMINISCENCIA

Verde mar, añil campo

aurora boreal de hierbabuena.

Vuelan como palomas mis manos

ebrios de belleza.

¿Soy ave de paso donde el frío acaba?

Más bien luciérnaga a contracorriente.

Navegante nebulosa, leve delirio divino.

VENDAVAL

Tu nombre en el huracán

rugido grave.

Ola de furia la vida sin ti.

Descabezado cerebro.

Me arrastro a la playa

con un nudo entre los pies

gaviota ciega

en los resquicios del fuego.

Sonámbula en la niebla

deambulo, tu huella deshecha

suspiro.

Imprevisto Poniente

tu olor me agarra

como consciencia dulce.

Duerme el sol en mi costado

dorando la herida.

Vuelvo a la vereda verde.

NINFA

Lo que tú eres

nada tiene que ver con estatura.

Eres inefable arroyo celeste.

Ingrávida.

Lo que tú eres

disipa el espacio, la Física.

Eres alba naciente

en la arboleda perdida.

Mujer ave, cabello de plata

alas de Venus.

Eres poema invencible.

Arco iris de fuego.

Asesina del miedo

en brazos de la locura. 

En la púrpura tarde

bosque insondable, aura de maga.

Capitana de los mares del Sur. 

Nacida de la entelequia

misteriosa gruta, serena corriente.

Eres agua, fuego, tierra y aire.

Ceremonia de vida. 

TEMPESTAD

¿Cómo veo el cielo ahora

cuando golpean las furias

los huesos?

Relámpagos del infierno

turban el Océano solemne.

Hila la trampa Medusa

al mando de caballos desbocados.

Tumulto de negras nubes

siervas del diablo.

Algas asesinas al cuello

como veneno de serpiente.

Incendiados de pánico

estruendo de cisnes.

¿Cómo veo los árboles ahora

que los párpados ceden

al sueño eterno?

En el fango más oscuro

ahogadas voces yacen.

A la deriva, despojos de vida

en remolinos de abismo.

La tormenta traga alaridos

en sacrificio a los Dioses.

Oculta la niebla el desastre

en el último suspiro.

¡Qué inmensa la mar

de turbia honradez

cuando la muerte acaba!

ESTELA

Escalofrío suave

cuando evoco tu presencia.

Amanecer de  primavera en otoño.

Halcón fugaz en la ola.

Sonora risa intocable.

Flamenco en acrobacia

esencia a marisma.

El eco de tu voz vuelve

cuando miro al mar de terciopelo 

como sombra sin pisada, de mi mano presente.

La sal de otro mundo que riega mi espíritu. 

Asoma tu alegría entre fogones

al calor de la memoria.

Aroma a guisado

y tus ojos brillantes.

La carta escrita

y el constante te quiero.

Compañía vibrante

como notas de guitarra 

seducidas por el sigilo. 

CICLO

Tantas veces he muerto

tantas veces renací

flor, piedra, caballo, gaviota.

Surco libre mares y tierra.

Lento camino

en círculo, inacabable.

  

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