1
«Homenaje para el bosque»
Las alfombras de musgo bajo tus pies
dibujan la senda de sueños oxidados,
despiertan las crías naranjas de zorros
a tus ríos de vida fluir con más valentía,
la luz a través de laberintos de ramas de pinos –
un hueco fiel para acariciar tus ojos cansados,
en brazos del bosque inmenso y hospitalario
encuentra tu alma un consuelo sin largas búsquedas,
tan poco te falta para sensaciones auténticas,
tan mucho encuentras entre los aromas de pinos,
unos helechos peinan cada tu paso pequeño,
y los búhos respetan el silencio tuyo perfecto,
¿Acaso es poco el regalo inesperado
ante ti, desesperado, tanta belleza poder ver, sentir?
¿Dudas aun te quedan sobre las cosas pequeñas
teniendo el poder infinito hacia todo?
2
«Homenaje para el monte»
Garabateas el horizonte
con toda la facilidad existente,
desafías con alegrías
los del norte y sur hasta los del occidente,
inertes rocas, tus niñas, con su bello orgullo
proponen trampas para la mente.
Grandeza tuya implícita
es como un canto para pájaros a seguir sus vuelos,
para el hombre hambriento de extremos,
para la niñez de sueños dibujados
de ceras inocentes plagiando tu belleza.
Eterno rompecabezas
eres para los riachuelos
que les encantan jugarlos a todos enteros.
El monte, amigo tan astuto,
Me pones otra vez de prueba,
estás tan cerca y tan lejos,
cientos de rostros me regalas
para que yo aprenda a vivir de una vez…
3
«Homenaje para la lluvia»
Como las perlas los caracoles
sueltos de varios colores
disfrutan baños de gota tuya,
los charcos, lagos y ríos fluyen,
despiertas almas
en las personas,
en tristes, calmas
y en burlonas,
adoro, amo tus besos,
tiernos,
los días esos –
placer eterno…
4
«Homenaje para el viento»
En lienzos de Monet
dejas las caminatas en los parques,
en sendas llenas de hoja seca;
me peinas y despeinas con locuras
en cientos modos miles de veces,
de pinceladas grises dejas las nubes;
encuentras a las cortinas viejas
y bailas con ellas tango elegante
y me regalas aire fresco aliviándome mi “yo”.
5
«Homenaje para el sol»
Nostálgicas miradas
en busca de ti
en una tarde invernal –
ausencia inmensa,
revuelta reflexión en mí,
en lo urbano londinense;
recuerdos de tus besos en mi piel,
de las arenas en unas chanclas veraniegas;
tu dulce e intensa luz –
sin ti la oscuridad perdiera
su propia esencia igual que
tú a la tuya sin ella.
¿Querida bella magia
irradiante,
sin ti qué somos?
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