Agua de pozo y asperón,

ella delante de la pila de piedra,

haciendo salir el sol

en las viejas sartenes

a la hora de la siesta.

La recuerdo laboriosa y seria

ante la lumbre, removiendo

unas gachas, la leche del queso,

la mermelada de tomate,

Las natillas.

Tan pequeña,

tan fuerte.

Vida de pozo y asperón,

de lámpara de aceite,

al llegar la noche

a la aldea.

Ya las ovejas han entrado en el corral,

Los perros esconden su hocico

entre las patas.

Nunca dejamos de admirar

sobre nuestras cabezas

Las estrellas infinitas

y las viejas anécdotas.

_____

Ese mundo se perdió

para siempre:

maleta liviana, seiscientos,

llegada a la aldea

olor a pino, a romero,

a gallina, a rueda de tractor,

a grano de trigo, a jabón

en el agua del pozo

y en la ropa blanca.

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