Si pudieras escribir mi boca
entrar al aire reducido de su cueva sonora
y pintar su paladar como una bóveda.
Si pudieras profanar la inspiración en la que crezco
aunque mi lengua tiemble de silencio
mi boca es un ojo vacío, un solo ojo hueco
la misma que a veces se desarma
en arenoso carrusel contra los vientos
y choca lo imposible, una y otra vez
tanto, que por haber ayudado al olvido no recuerdo.
Y yo, que no respiro aire sino una versión del viento
agradecería
si pudieras sacarme de aquí con un sonido
vestida en la de voz baja de un susurro
como sólo un romántico impostor de rapiña podría hacerlo.
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