¿En qué calle vives?

–Para mí no es una calle, es mi casa. Y a todos los que tú llamas drogadictos son mi familia. Este es mi barrio, mi gente y todos somos iguales, cómo tú, como ella, y como todos los que están a mi lado.

–Claro que esto no es una casa –respondió el niño de diez años con una expresión de burla en su rostro –Mamá dice que ustedes no tienen casa. Una casa es donde yo vivo, tengo un cuarto para mi solito y puedo hacer lo que yo quiero. Veo a mamá una vez en la mañana cuando me deja en el colegio y ella se va al trabajo. Ella llega hasta la noche y tengo torda la tarde libre para estar frente al televisor con mis videojuegos favoritos. Eso es una casa, donde tengo comida y un techo para no mojarme con el invierno.

–Pues para mí, a esto que tú le llamas calle, es mi casa, mi hogar. Tengo ocho años y no voy al colegio, no tengo padre ni tampoco veo a mamá cada mañana, ella me dejó aquí hace unos años, en esta hermoso lugar; mi casa. No tengo videojuegos pero tengo amigos; estoy con ellos día y noche, veo salir el sol cada mañana y ocultarse al atardecer. Mi cama es la hierba y mi sabana, la luz de la luna.

Yo no vivo en la calle. Yo vivo en una casa. Esta es mi casa –replicó.


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