Eran las nueve de la noche del 20 de Enero del año 2009 y Monix llegaba a Madrid. Ese día coincidía con el juramento de Barack Obama a la presidencia de los Estados Unidos.

Era la noticia que la radio volteaba a todas horas con sus ondas al viento, salpicando las terrazas aún abiertas a pesar del frío.

Monix miraba el cielo plomizo; sabía que tenía un aire amenazante, de hecho, se desprendía alguna que otra salpicadura de hielo que enrojecía la punta de la nariz.

También se unía al rescoldo, las luces apagadas de la pasada Navidad y además, las calles estaban invadidas por un silencio inusual.

Él llegaba con paso ligero y ¡tal vez! alegre, desinhibido. Miraba alrededor sabiendo que su presencia coincidía con el hecho en sí.

Su cuerpecito de tela se movía con gracia mientras los pasos marcaban un destino y avanzaba.

Buscaba a Fermína.

Fermína podía haberse perdido tras su flauta o enredada en sus versos, construyendo un pareado que de paso, dejase sin aliento a cuantos podían pasar en aquellas horas por allí.

El hecho incuestionable era que Fermína no aparecía.

Monix era terco en ideas y se propuso llegar a tiempo de salvarla.

Corría la voz como corre el viento sacudiendo las ramas; con fuerza, llegando a los rincones más oscuros conteniendo el aliento y anunciando que algo siniestro estaba a punto de ocurrir.

Fermina no daba señales de vida desde días atrás, su presencia se había evaporado y no quedaba huella que la delatase aunque, él sabía dónde encontrarla.

Monix aceleró el paso, contaba con escasas horas para desentrañar el misterio.

Fermína era escritora y vivía entre Lavapies y El Mercado San Fernando. Pero no vivía en un piso, lo hacía en la calle y se alimentaba de la misericordia de los corazones bondadosos que pasaban por allí y de paso adornaba su presencia con alguna rima.

El caso era que escribió un artículo donde hacía alegorías a Guantánamo, al sufrimiento padecido allí, a un penal lleno incompatibilidades.

Era un agujero negro en un Estado de Derecho, cuya función era segregar y atemorizar a los emigrantes. Pero Guantánamo, no era el Guantánamo que Barak Obama prometía cerrar en su discurso a la Presidencia, era otro mucho más cercano…

Me presento: Soy Fermina y he desaparecido. Sé dónde me encuentro. Y es que en Lavapiés sobrevivimos todos, entre nosotros nos queremos y ayudamos. Es un barrio multicultural, lleno de luz y hermandad, con olores y sabores que lo caracterizan.

El problema parece, que ha surgido a raíz de haber escrito un artículo que ha transcendido y se encuentra a punto de ser publicado por un periódico de primera línea. Lo peor: que lo firma un afamado escritor y lo más sorprendente: que me persiguen a mí. Es algo inusual que el servicio de inteligencia se haya molestado; ni que hubiera escrito: “Informe Pelícano“…

También se rumorea, todo sea dicho, que hay matón buscándome, pero ya sabemos que ¡tal vez! se trate sólo de habladurías …

De repente, Fermina queda sorprendida por el sonido de unos pasos; son los característicos de un muñeco y ya sabe a quien pertenecen. Por supuesto se alegra sobremanera aunque, pensándolo bien, su presencia podía ser señal de mal augurio.

—Monix ¡Cuánto te he echado de menos!—mientras se abrazaba al cuerpecito de tela.

—Fermina ¡la que has armado! ¿A quién se le ocurre escribir tal contenido? Hay nombres comprometidos…

—Monix déjate de monsergas y sácame de aquí, tú tienes la magia y la inteligencia, de hecho, eres el único capaz de hacerlo.

—¡No será fácil Fermina!— contestó con voz trémula—. Por eso estoy aquí.

Se dieron la mano y corrieron Lavapiés arriba, mientras El Barrio proporcionaba la cobertura necesaria en una huida sin precedentes.

Por eso, cuando aparecieron los coches negros con lunas tintadas y conducidos por ejecutivos de dudosa procedencia, no avanzaron ni dos calles; había una barricada humana sellando las salidas a los autos.

A esto y sin esperarlo, se sumó una explosión que dejó atónitos a unos y a otros….

A la mañana siguiente en la portada principal del periódico mencionado, se publicaba el artículo relacionado con las presuntas irregularidades producidas en nuestro Guantánamo Español (El de Aluche). El artículo quedaba documentado bajo diferentes testimonios de emigrantes que denunciaban “El agujero negro” en el centro de internamiento de extranjeros, donde escaseaba la asistencia sanitaria y se hablaba de torturas.

En el artículo se detallaba las vejaciones y abusos sufridos por algunos emigrantes que fueron recluidos y que eran vecinos del Barrio de Lavapies. Los nombres dados comprometían cargos y voluntades políticas….

También, en la portada se hacía eco de la investidura del nuevo presidente americano: Barack Obama.

Más abajo, en la columna de sucesos del mismo periódico, se hacía una escasa mención a la muerte fortuita de una indigente por causa de una explosión desconocida. Lo extraño, que no hallaron el cuerpo, tan solo un muñeco de tela que tenía una gran sonrisa en la cara que por suerte, sobrevivió al desastre….

Fermina, esa mañana despertó sobresaltada. Era de día, los pájaros paseaban su arrullo por el cielo azul. Abrió la ventana de su casa, miró por el balcón que daba a La Plaza de la Cebada en El Barrio de Lavapiés y admiró la cotidianidad de la vida cuando se balancea en un columpio.

Giró la cabeza y sobre su escritorio descansaban unos folios a medio escribir; decidió darse una ducha y salir a pasear…

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