No quiero que te vayas- He participado del acto de no conocernos, lo se. No se más qué está contenido en mi cuerpo. Voy entre fotografías. Ojos color miel, voces de cartón metálico, sirenas de tierra, el verano en una ciudad que me detesta y piscinas llenas de enemigos. La triste y aburrida historia de un niño en un mundo de adultos bebé. Soy como una locomotora que nace, que escupe humo porque está llena. La luna, a punto de estallar, se calienta en mis manos. Los quiero a todos como quiero más drogas y animales por doquier. Los quiero a todos como Dios te quiere. A veces odiando, detestando esta necesidad del sufrimiento y siendo parte de su atrocidad. Araña que se enreda con su red. Imágenes malditas llenan este jueves. Ya no basta serenarme en su piel, contando las pecas de su pecho. Mi estado es el de un mar lleno de depredadores rondándote. Solo un apetito ciego. Quizá noble. ¿Quien podría ver al hombre en el ojo del animal?

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