¡Oh, Dios! ¡qué celos sentía! él era apenas un niño pequeño, un infante de bonitos cabellos que aún no aprendía siquiera su nombre y allí estaba ella, sintiéndose tan boba y celosa ¡tan egoísta…! No debía ¡no podía sentirse así! que hermana tan deplorable y perversa…

No entendía por qué, si hace apenas unos minutos estaban ellos cuatro en la mesa, charlando y riendo como si ningún mal pudiera azotarlos, sin embargo, hubo un momento, apenas un instante… ella miró al marido de su madre, el hombre sujetaba en brazos a Alexander, su hermanito pequeño… pero la forma en que lo miraba… a ella no se le miraba de esa forma ¿Tal vez porque no era su padre?, ¿por eso no la miraba con tanto… amor?

Ella sabía… sabía que aunque le rezara todas las noches a Dios su papá no aparecería por la puerta para estrujarla entre sus brazos. ¿Por aquella torpeza sentía tanta envidia? ¡Pero si lo había superado! Aún así… ¿por qué él si podía tener papá y ella no? No era traviesa ni mentirosa, estudiaba para sus exámenes y ayudaba a su mami en todo lo que podía ¿o es que hizo algo malo? ¿algo tan malo como para que su papá no la quisiera? ¿era aquello posible?

Su mirada viajó otra vez a su hermano menor. El niño alardeaba de bellos cabellos rizados y largas pestañas, de gran mirada castaña y mejillas tan tiernas y rojas que solo podían compararse con manzanas maduras. Un niño sin duda muy hermoso, y ella era tan…ugh.

Criada sola, con una madre demasiado joven para trabajar tanto y una habitación enana en una casa con mucha gente. Tantos habitantes y tan pocos notaban su presencia… tal vez porque era callada e independiente, solitaria, autónoma… invisible. sin embargo, al contrario de lo que se imagina no era un hogar infeliz, poco ortodoxo, pero feliz.

Por eso mismo, le parecía tan extraño… tan bajo tener tales sentimientos. Nunca faltando-ni sobrándole- nada, a lo único que podía relacionar ese sentimiento era cuando sus compañeros de cole hablaban sobre sus papis.

Notó que en esta ocasión era diferente, mucho más fuerte y dolorosa.

Observó muy atentamente a su familia; su madre, tan bella y misteriosa, tan dulce con ellos y tan fría con el resto del mundo, una mujer magníficamente fuerte, de gran inteligencia y astucia, con la noble labor de enseñar a quien se le cruzara, su hermano había sacado la misma hermosura; Por otro lado, el marido de su madre era un hombre alto y fuerte, también de gran inteligencia y extraño sentido del humor, muy cariñoso en ocasiones y tan estricto en otras. Pero le demostraba tal adoración a su hijo… ¡Qué envidia! ¡que celos inundaban su corazón! ¡que daría ella para que el hombre fuera su padre!

Y el menor de la familia… dichosos los ojos que veían tal encanto de niño, risueño y adorable y muy muy bello. Se robaba el corazón de todo aquél que lo veía. No había traído nada más que inmensa alegría a su hogar, una situación totalmente contraria a cuando ella misma nació, pero ¿a quién podría culpar de ello? Si su madre era apenas una niña asustadiza en aquellos momentos ¡de 15 años, ni más ni menos…!

Sus malos sentimientos se desvanecieron cuando sus ojos cayeron nuevamente en el bebé. Alexander le devolvió la mirada y soltó una risa tan tierna y pegajosa que le calentó el corazón.

Tal vez fue una sensación pasajera, sentimientos que se irían con el tiempo, pero le inundó un amor tan grande que todo el sentir tan amargo que la acongojó se desvaneció en el aire, un cariño tan fuerte y hermoso lleno su corazón en un instante. Nadie podría entender como sucedió, ni siquiera ella. Tal aprecio se construyó que, con toda sinceridad olvidó la falta que le perseguía y logró entender que pasase lo que pasase, aún si el niño se volvía malo al crecer, aún si no tuvieran nada en común o riñeran cada día, aún si tales sentimientos nunca eran correspondidos… ella lo protegería de todo mal que le amenazara.

Prometió amarlo hasta su muerte y aún después de ella.

Y hasta ahora, con varios años pesándole en los hombros, su promesa sigue fuerte y poderosa, sin ningún rasguño que la pudiera quebrar.

Tu puntuación:

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS