Rompiendo el tabú familiar.

Rompiendo el tabú familiar.

Diana Lopez

16/11/2017

Todas las mañanas despierto sin saber que hacer, sin horizonte, haciendo repetidamente lo que mis padres dicen que esta bien. Esa mañana fue diferente, desde el momento que el sol me pego en la cara sentía que ese día iba a ser diferente, nada giraba como siempre. Ya estaba cansada de vivir una vida escrita por mis padres, no esta viviendo mi vida, estaba actuando.

Como si me estuvieran persiguiendo agarre mi ropa, cámara, dinero y lo guarde en mi maleta, pues estaba muy emocionada del valor que tenia porque al fin me decidí a hacer algo por mi, estaba decida irme a brasil, a fotografiar momentos reales para personas reales.

Ya no iba a estudiar, le mencione a mis padres que me iría, tenia 18 años, tenia capacidad para empezar mi vida. Al escuchar que dejaría la carrera de medicina entraron en pánico, me comenzaron a decir que tomando fotografías no seria nadie en la vida. Mataron mis sueños.

Subí a mi recamara con un gran dolor en el pecho, pues mi familia, la que supuesta mente te debe apoyar hasta en las ideas mas locas, me dio la espalda, me dolía hasta el alma que no me creyeran capaz de lograr mi sueño.

Mas tarde mi mama sube a mi recamara con galletas y un café, no se había disculpado por la forma tan grosera en la que me hablaron; solo decía que era lo mejor para mi, todo era por mi bien.

Fue un día triste, un día de esos que la cama es tu consuelo, donde no paras de llorar con la almohada. Nada podía sanarme, excepto… Fue cuando me ilumine. Lo único que me sanaría era realizar mi sueño.

Sin el apoyo de mi familia lo lograría. El problema es que no tenia mucho dinero ¿Que podía hacer? Fue cuando pensé en mi tía Tuti , la hermana mas pequeña de mi madre Lorena, ella era solo 10 años mayor que yo.

Sali disparada como bala de mi casa, pues sentía esa felicidad de nuevo.

—¡Alicia! Me da mucho gusto verte, ¿Como esta mi sobrina favorita? —Me dice muy emocionada.

Mi tía fue la oveja negra de la familia, ella quería ser actriz y mi abuelo quería que fuera abogada. No logro completamente ser actriz, pero es modelo de muchas tiendas de gala de la ciudad y a veces aparece en comerciales dentales o de cutis.

Le conté mi trágica historia de adolescente, sinceramente no me importaba mucho su opinión, aunque sabia que me iba apoyar, necesitaba dinero para alojarme en brasil, pues había un programa de «nuevos fotógrafos», era como un curso escolar que duraba un año.

Llore y la convencí muy rápido, pues ¡Ya tenia pagado todo! Por su puesto se lo iba a pagar algún día, cuando tuviera un sueldo.

Llegue un poco tarde a mi casa, ya pasaban de las diez de la noche, tenia que decirles a mis padres que me iría, que su hijita ya no iba a estudiar medicina.

En el fondo me dolía dejarlos, me dolía el saber que su única hija se iría y que mis padres se quedarían solos, no estaba tan segura, pero al satisfacer a los demás dejaba de satisfacerme a mi, serán mis padres pero necesito vivir mi vida.

Me arme de valor y abrí la puerta con la frente en alto, estaban en la sala viendo una novela de los 90’s .Me dio miedo y me arrepentí, subí corriendo a mi habitación ¿que estaba haciendo? no podía huir, bajaba y subía las escaleras con un dolor en el estomago, no sabia si era hambre o nervios o posiblemente los dos.

Ya era hora, tenia que hacerlo, me pare frente al televisor y lo apague, me di la vuelta y les dije que teníamos que hablar.

¿Pasa algo hija?— me dice mi papa en tono de preocupación.

Si, pasa todo, pasa que ustedes no me quieren apoyar, mi sueño no es salvar vidas, apenas puedo salvarme de tantas cosas que me pasan y tu quieres que ¿salve vidas? no papa, no. ¡En esto se me muere el paciente! no estoy hecha para esto.

Pero Alicia!!! ¿Te has vuelto loca? yo soy doctor, tu también debes ser doctora— Me interrumpe justificandose con la profesión hereditaria.

No papa, no lo haré y de buena manera les digo que en una semana sale mi vuelo a brasil y quiero que pasemos esta ultima semana bien, que seamos la misma familia amorosa que hemos sido siempre, ya que me iré un año.— Sentía un nudo en la garganta cuando les dije eso y como las lagrimas se derramaban de mis ojos al sentir la negación de las dos personas que mas amo en este mundo.

Mi mama comenzó a llorar y reclamándome que si los 19 años que me había dedicado eran en vano, cuando me dijo eso mi corazón se rompió en mil pedazos, ya que para ellos lo que me hacia su hija era el tabú de seguir con la profesión familiar no mi esencia.

No diré nada mas, en una semana me iré— susurro con lagrimas en los ojos esperando otra reacción de su parte.

¡Olvídate de que tienes padres! — Me grita mi madre.

Toda el resto de la semana no me hablaron, me ignoraron, el día de la partida no fueron a despedirse de mi, estaban enojados conmigo, pues era su mayor deshonra que su hija no estudiara.

Han pasado tres años desde mi partida, soy una fotógrafa exitosa, muchas de mis fotografías están en el «museo imperial» en Rio de Janeiro, tengo mas de seis sucursales de estudios fotográficos en Rio de Janeiro y sus alrededores, mis padres aun no me perdonan, cada mes les envió una nueva fotografía con un mensaje diciendo «Mi foto mensual, los amo, espero su respuesta de vuelta».

No me siento mal conmigo misma, pero me duele en alma que no hayan podido comprenderme y que no estén conmigo sabiendo que soy feliz y exitosa…



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