Nací en 1979 en Maracaibo capital de uno de los estados mas importantes de Venezuela, luego de unos días de mi nacimiento fui llevado a Cabimas, una ciudad del mismo estado y ademas importante ciudad petrolera del país… Mis padres aún no tenían casa, así que vivíamos en casa de mi abuela y aunque al poco tiempo ellos consiguieron la que hoy en día es nuestra casa, creo que eso fue clave para crear lazos familiares tan poderosos que en la actualidad se traduce en un amor familiar inigualable gracias a la protagonista de esta historia…

Se caso muy joven, enviudo quedando a cargo de siete hijos propios y algunos no tan propios, pero con el tiempo llegarían a serlo. Comerciante, trabajadora, de carácter fuerte, un poco testaruda pero con un amor tan grande por la vida, por sus hijos, por sus nietos, por su trabajo.

Mi abuela nació el 5 de Mayo 1.934 a las afueras de un pequeño pueblo en las montañas de Falcón, se cazo con quien sería mi abuelo el cual no conocí pues ya había fallecido pero según mi madre era músico y trabajador de las empresas petroleras de la época.

Luego de la muerte de mi abuelo, mi abuela, que no estaba acostumbrada a los trabajos hogareños debido a que en esa época los empleados de las empresas petroleras eran considerados de la clase alta… quedo a cargo de siete niños que tuvo con mi abuelo y algunos que él tuvo antes de conocerla.

A esta mujer inexperta le toco decidir si criaba a sus hijos pasando penurias o los conducía por el camino del trabajo digno, valores morales y buenas costumbres… se decidió a ir por lo segundo.

A esta señora se le ocurrió dedicarse al comercio, viajaba a otros países y compraba cualquier tipo de mercancía para venderla y poco a poco fue consiguiendo una buena clientela y ganándose el respeto de la gete.

Con el pasar de los años sus hijos fueron creciendo, unos fueron a la universidad, otros solo terminaron la escuela y consiguieron empleos en las empresas petroleras y algunos se dedicaron al comercio como su madre… se fueron casando, tuvieron hijos, entre los cuales nací yo, es aquí donde comienzan mis recuerdo y es que cuando pienso en mi infancia es imposible borrar la imagen de mi abuela porque por las tardes mi mamá nos llevaba a mi hermana y a mi a pasar las tardes en su casa y mis tíos y tías hacían lo mismo y sin darnos cuenta habían mas de 20 personas, era una casa con un patio enorme, con muchos árboles frutales y la abuela nos ordenaba limpiarlo y por lo general cuando iniciábamos la limpieza nunca concluíamos, pues eramos un montón de niños con poca diferencias de edades y siempre perdíamos la noción de lo que debíamos hacer por ir a jugar y era mayor el desastre… la abuela nos regañaba y nos corría de su casa pero de alguna forma nosotros sabíamos que ese disgusto solo duraría unos minutos porque en el fondo ella adoraba que sus nietos la visitaran a diario.

Esta viejíta, que por cierto, odiaba que le llamaran vieja, seguía siendo comerciante, pero recuerdo con mucha cariño un tiempo en el que hacían almuerzos por encargos para venderlos y la verdad era asombroso lo rápido que estas comidas se vendían y sobre todo las cantidades de encargos que satisfacían… personalmente adoraba esos días porque la familia se reunía para ayudar a mi abuela a cocinar y sacar los pedidos a tiempo, eran infinidades de comidas que preparaba entre los que recuerdo los fabulosos Bollos Pelones bañados en salsa de tomate y cebolla y queso de año, las ricas Hallacas que ciertamente eran una delicia, Sopas tan extraordinarias que tenían la bien merecida fama de levantar muertos, postres y dulces tan suculentos que de solo recordarlos se me hace agua la boca… fue una época deliciosa sobre todo porque a los niños nos daban a probar de cada platillo.

Otra época hermosa y tal vez la que considero la columna vertebral de mis recuerdos, de mi infancia y de mi vida es la época de la Tienda de telas de mi abuela, la cual comenzó con una mesa en la sala de su casa y un timbre en la puerta, eso fue suficiente para que la clientela que mantuvo a pesar de los diferentes tipos de comercio que ella inicio atendieran su llamado, una clientela que se inicio con amistades, vecinos y conocidos y que se fue ramificando a través de generaciones y que personas de muchas partes del país se acercaban dando feliz termino a su búsqueda.

Todavía eramos niños pero mi abuela nos enseñaba y nos dejaba ayudarla con labores tan pequeñas pero por nuestra inocencia pensábamos que eramos unos empresarios. Ya no era una mesita en la sala, paso a ser un local que representaba el 25% de la casa y anteriormente eran los dormitorios de mis tíos los cuales quedaron libres cuando estos se casaron y construyeron sus propios hogares, esta tienda fue el primer trabajo de sus nietos e incluso yo comencé a trabajar desde muy pequeño y hasta que me gradué como Técnico en Contabilidad.

Cuando se acercaba las épocas navideñas era enorme la cantidad de gente que llegaba y los días mas cercanos a las fiestas de noche buena y fin de año eran días de mucho trajinar ya que la enorme clientela que se hacia presente, entorpecía las labores y los preparativos para dichas fiestas, pero eso no importaba pues gracias a esto pasaba mas tiempo la familia reunida.

Un día la abuela se fue al cielo y aunque dejo un vacío que no se puede llenar, nos dejo el recuerdo de la mejor infancia imaginada, aunque yo quiero pensar que me dejo la misión de mantener nuestra familia unida para poder enseñarles a nuestros hijos que en esta familia no hay tíos ni primos, solo hay padres y hermanos

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