Cruzar la nacional.

Cruzar la nacional.

Marián Leal

09/10/2017

El día que elegí para venir al mundo,era un mal día,a mis padres no les iba bien porque estaban en plena mudanza.Aún así,mi madre fue la noche anterior al hospital.Ambos tenían miedo,mucho miedo,porque,dos años antes de que llegara yo,mi madre alumbró una niña muerta,preciosa…pero muerta.

Mi madre,al verme,rompió a llorar y no paró en tres días.Yo era fea,larguirucha y muy peluda,lo cual,le daba motivos para llorar a moco tendido.Pero no solo lloraba por mi,lloraba por ella.Decía,a todo aquel que se paraba a escucharla,que era muy vieja para tener una hija.Lo cual era cierto para los cánones de la época.

Un compañero de mi padre vino de visita al hospital y al ver a mi madre en un mar de lágrimas me miró detenidamente,fue el primero que se atrevió,y le dijo a mi madre que yo, era igualita que mi padre y que algún día sería sus pies y sus manos,lo que sin duda, justificaba mi tardío nacimiento.Cuarenta años después se cumpliría la profecía.

Mi padre también lloraba.Sus motivos eran distintos.Esperaba un chico y yo tenía raja.Se quedaba sin la posibilidad de perpetuar su apellido.Él,militar de profesión,tenía que ganar siempre.Me puso el nombre que iba a llevar mi hermana muerta y que ella nunca estrenaría. Así fue como acabé con un nombre de segunda mano.

He de reconocer que no tuve un buen comienzo.Me soñaban pero no me esperaban.Nadie cree que sus sueños se harán realidad.

Para colmo de males,lloré durante 8 meses.Ante la falta de soluciones, decidí parar.El acontecimiento sucedió el día que estrenamos el piso,esta vez en propiedad,por lo que el gozo era doble y yo dí el redoble con mi buen comportamiento.A partir de ahí todo fue mejor.

Nos mudamos a Aliaga cuando tenía 4 años.Por aquel paraje pasé sin pena ni gloria.

No había pasado ni un año cuando nos mudamos de nuevo,ahora a Valderrobres. Empecé a ir a preescolar y me enseñaron a barrer.

De nuevo otro cambio, ahora a Murillo de Gállego. Hacía frío y mi madre me llevaba al sastre para que me confeccionara pantalones a medida porque era tan delgada que no vendían de mi talla.Los pantalones de Cheviot picaban que mataban y,como aquí también estuvimos poco tiempo,lo invertí todo en rascarme las piernas.

Y otra fuga.El nuevo asentamiento se llamaba Gallur. Ibamos a estar mucho tiempo,aunque esto siempre resultaba impredecible. El motivo ahora era la hermana mayor.Había nacido diez años antes que yo.Ni se saben,ni se sabrán,los motivos de este nacimiento.A mi madre le habían pronosticado que no podría tener hijos.Por eso tuvo tres hijas,le gustaba llevar la contraria.Mi hermana estaba interna en un colegio de monjas de la ciudad y mi padre pedía destino para acercarnos a ella,como si aquello le hiciera mas liviano su encierro.Por fin,había una explicación para el desbarajuste y como yo quería mucho a mi hermana,tuve que aceptar el argumento.

A estas alturas yo ya odiaba el trabajo de mi padre.Si alguien me hubiera dicho que el domicilio es el lugar elegido libremente por el sujeto,resultado de su decisión y voluntad,le hubiera dicho y una M. Pero claro,a mi no me preguntaban,solo era una niña de 6 años.

De repente,mi madre enfermó de una extraña enfermedad sin nombre que le obligaba a estar en cama unos días y otros le hacía reír a carcajadas.Poco después, mi hermana se echó un novio,acabó los estudios,encontró un trabajo y se fue a vivir al piso en el que yo dejé de llorar por primera vez.Todo era perfecto para ella, pero no para mis padres que,de nuevo,temían por lo que pudiera pasar.Obligaron a mi hermana a abandonar el trabajo,el novio y el piso por este orden y le proporcionaron un nuevo techo,trabajo y novio,también por este orden.Esta decisión cambiaría el rumbo de nuestras vidas.

Gracias a todo este folclore familiar,yo me había convertido en invisible.Me criaba a mi albedrío.Vivíamos en un pueblo tranquilo donde lo mas peligroso era cruzar la nacional,cosa que quise hacer enseguida y de tal guisa, me planté un día delante de mi padre y le dije que quería ir sola al colegio y que estaba dispuesta a cruzar la nacional.

Gané muchos puntos con aquello y los canjeé por más libertad.

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